José Carlos Nunes y Javi Márquez se asoman a la competición. Después de varias semanas en la enfermería, de jornadas de trabajo en silencio y con el sudor como única compañía, el central portugués y el pivote catalán se preparan para volver a vestirse de corto. La cita copera de mañana ante el Deportivo, a las 21.30 horas en Son Moix (1-1 en la ida), se antoja como el laboratorio perfecto para Joaquín Caparrós, que aprovechará el torneo del KO para comprobar el fondo de armario de su plantilla y el estado de salud de los futbolistas que comienzan a divisar la luz al final del túnel. Nunes y Javi Márquez serán los primeros. Quizás mañana, en el duelo de vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey.
La vuelta del capitán sería una de las mejores noticias de las últimas semanas. El luso se antoja como un refuerzo de lujo para una línea defensiva que pierde sangre a borbotones. No solo por su experiencia y sus dotes de mando sobre el terreno de juego, sino por la ascendencia que tiene en el vestuario. También la vuelta de Javi Márquez aliviará los quebraderos de cabeza del técnico sevillano. De hecho, desde que ambos ingresaron en la enfermería, el motor del Mallorca está gripado. No conoce la victoria y ha perdido siete de sus ocho últimos partidos, una tarjeta sonrojante: uno de 24.
La recuperación de Nunes ha ido según lo previsto. El pasado 1 de octubre, el capitán se lesionó el menisco externo de la rodilla derecha. Se calculó un periodo de baja de entre seis y ocho semanas, que se cumple precisamente ahora. El pasado fin de semana, se desplazó con la expedición bermellona para hacer piña y alentar a sus compañeros, que están atravesando por el peor bache de las dos últimas décadas.
Capa confía en él para que el bloque recupere la seguridad defensiva. Ayer ensayó con Nunes formando pareja de centrales con Geromel y en detrimento de Anderson Conceiçao, el futbolista más señalado por las críticas en las últimas semanas.
Javi Márquez también cuenta las horas para regresar al tapiz. Una patada del valencianista Valdez a los veinte minutos del duelo frente al conjunto ché, disputado el pasado 23 de septiembre, le fracturó el tobillo izquierdo. Nueve semanas después -el plazo inicial de recuperación rondaba los tres meses-, el pivote catalán divisa ya la reaparición, que podría producirse durante la doble cita semanal. O bien mañana ante el Deportivo o en el compromiso liguero del próximo domingo en Zaragoza.
Aunque le costó coger el ritmo, debido a su larga inactividad la pasada campaña en el Espanyol, Javi Márquez comenzaba a dejar detalles de su calidad -sobre todo en las acciones a balón parado- justo cuando cayó a la lona. Casualidad o no, su ausencia coincide con la peor racha de resultados de los últimos tiempos. Ahora, ya está preparado para calzarse las botas. Caparrós comienza a ver la luz...
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