Utz Claassen y Biel Cerdà en el palco de Son Moix. | Miquel Alzamora

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Gabriel Cerdà escogió la vía del comunicado para cargar con extrema dureza contra la gestión del presidente Jaume Cladera y expresar su apoyo a Serra Ferrer... una alianza que no despeja, ni mucho menos, todas las incógnitas que rodean al futuro del grupo del pobler al mando del Mallorca desde la erupción institucional del pasado lunes.

El consejero expresó ayer en un comunicado su apoyo a Serra Ferrer; pero a la vez, al exigir la destitución del presidente, le deja sin el control del club. Y es que, sin el exconseller de Turisme, el pobler perdería la gestión de la entidad. La destitución de Cladera lleva implícito el nombramiento de un nuevo presidente... pero también el de un consejero delegado y ahí es donde radica la clave de este enredo.

Consejero delegado, clave

En el caso del Mallorca, el cargo está mancomunado y cualquier contrato necesita dos firmas. Hasta ahora, esta función era compartida por Serra y Cladera, pero sin el presidente, al pobler no le será sencillo encontrar otra firma. Son necesarios dos tercios del consejo -el 66 por ciento de las acciones- para realizar este nuevo nombramiento, que puede paralizar el funcionamiento de la institución y someter a votación cada decisión por nimia que sea. Serrá solo lograría este apoyo en una alianza con Utz Claassen o Pedro Terrasa...

Gabriel Cerdà empezó el comunicado reafirmando su apoyo a Llorenç Serra Ferrer como «vicepresidente, consejero delegado y director deportivo» y negó rotundamente haber alcanzado un acuerdo con Utz Claassen. «No me han ofrecido el cargo de consejero delegado a cambio de mi voto para destitución a Cladera», aseguró antes de criticar con dureza la gestión del presidente.

«No comparto la gestión que ha desarrollado Jaume Cladera durante su cargo como presidente en el área social y económica», subraya el primer punto.

En el segundo, va más allá: «Estoy en total desacuerdo con las repetidas manifestaciones del presidente en contra de ciertos miembros del consejo del Real Mallorca, tal y como quedó de manifiesto en las grabaciones aparecidas la semana pasada en una publicación digital».

En su último punto, también arroja chatarra sobre la gestión del exconseller de Turisme: «Considero que el discurso que ha mantenido el presidente en contra del proyecto del Lluís Sitjar ha dinamitado algo muy necesario para nuestro Club. Que no encuentra en Son Moix un entorno favorable para que la afición se convierta en el aliento necesario para que el equipo pueda conseguir futuros éxitos deportivos».

Después de este durísimo comunicado, el ciclo de Cladera en la entidad está más cerca que nunca. De hecho, resaltar que el todavía presidente ha comentado en su entorno familiar que el lunes podría presentar la dimisión, aunque Serra insiste en que no se mueva de la foto.

Cladera no quiere alargar la agonía y prefiere irse antes de someterse a la humillación de ser destituido por sus propios compañeros de junta.