PALMA BOTA ESPORTS MALLORCA-DEPORTIVO

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A Gregorio Manzano le resta un trabajo difícil esta semana, el de levantar la moral a su tropa. Son Bibiloni amaneció ayer con ese ambiente frío, donde prevalecen las caras de sueño por darle vueltas a lo sucedido ante el Deportivo y a la preocupación por lo que está por llegar. Serra Ferrer acudió a la ciudad deportiva para conversar con Gregorio Manzano y es que los lunes al sol de una derrota son especialmente difíciles de asumir.

Otra vez la situación es crítica y de nuevo el equipo está metido hasta el cuello en las arenas movedizas. El choque ante el conjunto gallego era un arma a la que agarrarse para encontrar alivio a la situación. Ahora hay que tratar de hallar otro punto de apoyo para recuperar el espíritu que se exhibió no hace mucho frente al Granada o al Sevilla. Y es que ante los gallegos volvieron los vicios del pasado y se vio otra vez y durante muchos minutos a un equipo excesivamente desubicado, sin patrón, sin ideas...sin fe. Nadie parecía acordarse del mensaje que Manzano hizo inscribir en los petos de los jugadores. Palabras como ‘equipo', ‘corazón', ‘fuerza', ‘actitud', ‘responsabilidad', ‘concentración', ‘podemos', ‘compañerismo', ‘ambición', ‘solidaridad', ‘compromiso', ‘querer', ‘seguridad'...todas ellas son leídas e interiorizadas por el grupo en cada entrenamiento, en casa sesión de calentamiento antes de un partido...pero frente al Deportivo estos mensajes se olvidaron. «Volvieron los viejos fantasmas», manifestó Tomás Pina. Y tanto. Los del pasado y los que de vez en cuando se dejan ver por el presente. Y el sábado al Camp Nou. En condiciones normales jugar contra el Barcelona en la Ciudad Condal es afrontar un partido con mucho que ganar y poco que perder. Pero en la situación actual del Mallorca en caso de caer y dependiendo de otros marcadores, va a perder y mucho.

En Riazor jugarán también en sábado Deportivo y Zaragoza, dos de los rivales diretos del Mallorca, mientras que el Celta se medirá en su casa al Rayo Vallecano. Es demasiado pronto para jugar en tantos campos, pero la realidad del Mallorca obliga precisamente a tener que echar mano no solo de los resultados que se den en el resto de campos donde juegan equipos situados en el vagón de cola, también obliga a interpretar el estado de ánimo de los potenciales enemigos. El del Deportivo no puede estar más alto. Dos victorias consecutivas y encima la última es la primera lejos de Riazor. El Celta viene de empatar contra el Barça y el Zaragoza, que por ahora delimita la zona de descenso, no termina de despegar ni de resucitar. Está ahí haciendo la goma y en cualquier momento puede caer. Tras jugar en el Camp Nou los baleares se medirán consecutivamente al equipo de Abel Resino y a los de Manolo Jiménez. Casi nada. Pero si el estado de ánimo de los rivales es un detalle a vigilar, también es imprescindible ver cómo está el Mallorca. Ayer el escenario era gris, pero hoy forzosamente el ambiente debe ser diferente porque así lo requiere la situación. Si en el Bernabéu el equipo llegó a ponerse hasta en dos ocasiones por delante en el marcador. ¿Por qué no puede hacerlo en el Camp Nou? En el mensaje de los petos está la guía a seguir.