Pedro Terrasa atiende a los medios de comunicación tras una reunión. | Teresa Ayuga

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El Mallorca despidió «sin causa y sin motivo» a Pedro Terrasa como director general del club balear. Así se recoge en la sentencia del juzgado de lo Social número 2 de Palma, que obliga al club balear a indemnizar con 95.625 euros al ejecutivo por despido improcedente.

La historia se remonta a la primavera de 2012, cuando Pedro Terrasa fue cesado de su cargo de Director General de la entidad por Llorenç Serra Ferrer, precisamente el hombre que le había contratado. El pobler esgrimía que la relación no era laboral sino mercantil. Entonces, el ejecutivo decidió acudir a los juzgados. Ahora, apoyado en el informe emitido por la Fiscalía, el juez le ha dado la razón a Terrasa -defendido por Jaume Sitjar- y ha condenado al Mallorca -con Miquel Soler como abogado- a indemnizarle.

Para encontrar el primer punto de conflicto entre Pedro Terrasa y Serra Ferrer hay que retroceder hasta los primeros meses de estancia del director general. Este se negó a firmar el contrato del futbolista andaluz Alejandro Alfaro. El ejecutivo no estaba de acuerdo en una operación cuando menos sorprendente. Para un traspaso de apenas 750.000 euros aparecía una comisión de un millón de euros. Terrasa no estuvo de acuerdo en respaldar aquel fichaje y eso encendió la mecha de las relaciones entre Serra Ferrer y el máximo accionista. La situación desembocó en su despido primero y en los juzgados posteriormente, dándole la razón al ex director general del Mallorca.

El club balear puede recurrir la sentencia, que de hecho se antoja como la respuesta más probable, aunque esta sentencia se suma al varapalo que sufrió en su día Serra Ferrer con el caso Larsen. Entonces, el Mallorca, que también perdió en segunda instancia, se vio obligado a abonar 113.069 euros al ayudante de Michael Laudrup por despido improcedente.

Otra denuncia

Pero ahí no acaba el lío jurídico del Mallorca y de Serra Ferrer. Cati Guasp, secretaria del club en los últimos 25 años, también ha decidido denunciar a la entidad por despido improcedente tras no alcanzar ningún acuerdo en arbitraje. Sin dudas, los problemas extradeportivos se le acumulan a un Mallorca que ocupa la última posición en la Segunda División del fútbol español.