En la imagen, Gabriel Cerdà y Serra Ferrer dialogan en un despacho de Son Moix. Ahora, la relación entre ellos es inexistente. | Teresa Ayuga

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El divorcio entre Llorenç Serra Ferrer y Gabriel Cerdà Alemany es absoluto. Los dos apoderados del Real Mallorca, que escenificaron su ruptura durante el consejo de administración celebrada el pasado viernes -el pobler abandonó la reunión entre insultos-, se encuentran más distanciados que nunca y la reconciliación se antoja, hoy por hoy, imposible. Según ha podido saber este periódico del entorno más cercano al máximo accionista, éste ha encargado a sus abogados que resuelvan la sindicación de acciones que mantiene con el pollençí, su antiguo aliado. La relación entre ambos sobrepasa ya los límites y Serra no quiere volver a sentarse en la misma mesa ni compartir escenario con el presidente. No hay marcha atrás en su decisión.

CON ASESORES JURÍDICOS
El primer paso del ‘pobler', resolver la sindicación

Serra Ferrer ha activado la maquinaria jurídica para tratar de resolver el acuerdo de sindicación que mantiene con Gabriel Cerdà, un pacto sellado hace cuatro meses y que el pobler dio por roto el pasado viernes. Si el máximo accionista pretende quebrar de forma unilateral la alianza que le une al presidente y finiquitar ese pacto alcanzado para sindicar los títulos que ambos poseen (un 49'7% Serra y un 5'3 Cerdà), debería pasar por caja. En concreto, la indemnización roza los 2 millones de euros. Pero Serra Ferrer ha puesto el caso en manos de sus abogados, que estudian la forma de resolver el tema. Cabe recordar que el pasado viernes, el pobler ya intentó romper esa alianza, pero Cerdà se negó en plena reunión, una circunstancia que tensó todavía más la cuerda entre los dos apoderados.

NO HAY MARCHA ATRÁS
Serra Ferrer no quiere volver a compartir escenario con Cerdà

Hastiado por el papel secundario al que ha quedado relegado, Serra Ferrer tiene decidido seguir adelante en el pulso que mantiene con su antiguo amigo y aliado. En su círculo más cercano ha reiterado que la decisión de desmarcarse de Gabriel Cerdà es firme. No quiere sentarse de nuevo con el presidente del consejo. Da por rota su relación, tanto personal como profesional, y toda alianza. La crisis es total y el divorcio absoluto.

SILENCIO Y ESPERA
El máximo accionista no tomará ninguna decisión de momento

Aunque la idea inicial de Serra Ferrer, después de la reunión del viernes, era la de dimitir y abandonar el club, en las últimas horas ha mantenido varias reuniones con personas de su confianza que le han aconsejado no realizar, de momento, ningún movimiento que pueda ser perjudicial para el club y para él. Además, también le han recomendado silencio.

TOMA DE DECISIONES
La crisis compromete la gestión diaria de la SAD balear

La ruptura de la relación entre Serra Ferrer y Gabriel Cerdà, que estaba deteriorada desde el tramo final de la pasada temporada, ha empujado a la SAD balear a un socavón institucional notable. Si se alarga esta situación, el club puede entrar en una parálisis de gestión notable. Cabe recordar que para la toma de decisiones, para sacar adelante temas de importancia capital que afectan al día a día de la entidad, se precisan las firmas de los dos apoderados. Sin este acuerdo entre ambos, por ejemplo, el club balear no podría firmar a ningún jugador en el mercado invernal que se abre el próximo mes. No obstante, la semana que hoy comienza se antoja clave para trazar la hora de ruta del futuro más inmediato. La reunión del viernes supone un antes y un después en la relación entre las dos cabezas de la entidad balear. Serra no está dispuesto a ceder más y quiere zanjar ya cualquier vínculo de unión con su antiguo aliado. Las curvas aparecen en el horizonte.