Serra Ferrer trata de buscar una salida a su situación en el consejo de administración del Mallorca.

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Los movimientos sísmicos continúan en el Real Mallorca. Apenas ocho días después de alcanzar un pacto de mínimo con el alemán Utz Claassen, de iniciar lo que se vislumbraba como una nueva era con el nombramiento de dos apoderados, un director general y un secretario del consejo, Llorenç Serra Ferrer sigue con una estrategia que tiene como único objetivo controlar el club. El máximo accionista maniobra para adquirir el paquete de acciones que posee el presidente Gabriel Cerdà y pasar a gobernar la entidad balear sin necesidad de contar con ningún aliado... ni siquiera el empresario alemán, con el que compartió escenario en el palco de Sn Moix el pasado domingo.

En las últimas horas, los acontecimientos se han vuelto a precipitar por los pasillos de la entidad. Esta mañana debía celebrarse una reunión del consejo de administración del Real Mallorca con la destitución del presidente como único punto en el orden del día. Sin embargo, esa cumbre ha sido aplazada una semana, en concreto hasta el próximo martes día 28 -coincidiendo con la Junta de Accionistas- por deferencia de Claassen hacia Serra Ferrer.

Acorralado

El alemán solicitó la suspensión del consejo para evitar que el pobler pasara un mal trago... una decisión que en el entorno del empresario alemán ha causado sorpresa. La cumbre era un buen termómetro para medir la temperatura de la sindicación entre Serra Ferrer y Gabriel Cerdà.

Los juristas a los que ha consultado el máximo accionista le han hecho saber que en la reunión de hoy no hubiera podido votar a favor de la destitución de su socio porque el pacto de sindicación sellado entre ambos el pasado mes de julio no se lo permite.

Pero Serra no ha tardado en mover pieza para tratar de desatascar la situación. De encontrar una salida al laberinto en el que se encuentra. La postura adoptada ahora por el director deportivo parece escorarse más hacia Gabriel Cerdà, para adquirir ese 5% que le daría la mayoría en el órgano de gobierno, que a mantenerse cerca de Claassen.

De hecho, las intenciones del todavía presidente pasan por reestablecer el pacto y los términos de la sindicación firmada con Serra Ferrer. El representante de Tukis Invest aboga por reestablecer el pacto, recuperar sus funciones y ser de nuevo apoderado de la entidad isleña. Como si no hubiera sucedido nada...

Cabe recordar que el pasado lunes, el Mallorca nombró a Michael Blum (mano derecha de Claassen) y a Tolo Martorell (hombre de confianza de Serra) como los dos nuevos gestores de la SAD balear. Parecía que se descorchaba un nuevo orden en el club, pero el máximo accionista parece empeñado en alterar este modelo apenas ocho días después de su origen.

Hasta que el martes se celebre el consejo y la Junta de Accionistas, las especulaciones volverán a monopolizar todas las tertulias. Ahora habrá que ver qué postura adopta Utz Claassen, que de momento le ha echado un cable a Serra aplazando la reunión siete días. Pero la próxima semana volverá a estar sobre la mesa la destitución del presidente Gabriel Cerdà... y la incógnita sobre qué decisión adoptará El Brujo de Sa Pobla.