Marvin Ogunjimi, frente a un escudo del Mallorca poco antes de su presentación como futbolista del club balear.

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La relación que mantienen Ogunjimi y el Mallorca y su extraño y abortado intento de ruptura de los últimos días pasarán esta tarde por la lupa del consejo. El órgano directivo del club, convocado con carácter de urgencia, se reunirá en los despachos de Son Moix con el fin de arrojar algo de luz sobre un asunto que, lejos de abrochar uno de los capítulos más negros de la gestión Serra Ferrer, ha ido ensuciándose de forma peligrosa durante la semana. A pesar de los intentos del máximos accionista por posponer el encuentro -solicitó un aplazamiento a través de Tolo Martorell que finalmente no fue aceptado-, el cónclave no solo se mantiene, sino que ofrecerá además los testimonios de los dos principales protagonistas del culebrón , el propio futbolista y Toni Prats. No obstante, lo más probable es que el primero ofrezca el suyo a través de videoconferencia.

Marcado desde su llegada, Ogunjimi ha vuelto a generar un intenso debate. Y como casi siempre, lo hará más allá de los límites del terreno de juego. Señalado por las condiciones en las que se produjo su fichaje (costó 2,7 millones, firmó cuatro años a casi un millón de euros por temporada y no pudo ser inscrito hasta cinco meses después) y por su escasa aportación al equipo (8 partidos entre Liga y Copa, solo uno como titular, cero goles), el atacante belga llevaba desde finales de enero buscando un nuevo club en el que levantar el campamento. Agotada antes de tiempo su cesión al OH Leuven precisamente por bajo rendimiento, el jugador superó con éxito las pruebas a las que le sometió el Strømsgodse noruego, que le ofreció la posibilidad de incorporarle a sus filas a cambio de que lo hiciera con la carta de libertad en el equipaje. Tal y como adelantó este periódico el pasado 27 de marzo, el Mallorca y el jugador empezaron a negociar la rescisión del contrato con la idea de encontrar una salida satisfactoria para los dos partes. Sin embargo, todo se fue por el desagüe el pasado lunes, después de que el director deportivo del club bermellón, Toni Prats, solicitara una comisión de 30.000 euros para un abogado holandés que intervenía en la operación y a quien el propio Ogunjimi, en declaraciones a IB3 Televisió, señaló como «amigo de un director (directivo) del Mallorca». El consejo en bloque se negó a dar ese paso y todo quedó suspendido. Hasta esta tarde.

Carga inasumible

La carga económica que supone para la entidad la ficha del punta belga y sus palabras de principios de semana, en las que insistía en que ni él ni su representante le habían reclamado un solo euro al Mallorca por cortar los últimos cables que todavía le mantienen unido a Son Moix, van a propiciar que los consejeros vuelvan a reunirse en torno a una misma mesa solo tres días después de su último careo. Porque de momento, el folletín continúa.