En la imagen, Miquel Àngel Nadal y Miquel Nanu Soler, dos futbolistas que coincidieron vestidos de corto y que podrían repetir en el cuerpo técnico. | ultimahora.es

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Miquel Ángel Nadal sigue con la escuadra y cartabón para diseñar el boceto del Mallorca 2014-2015. El manacorí escruta los números, que para el presente curso serán exiguos, para moldear la figura de un vestuario que deberá atarse los machos y que, a día de hoy, aún no conoce a su entrenador.

Para este cargo, la opción número uno es la del propio Miquel Angel Nadal. Pero el actual director deportivo no estaría solo en el cargo. El nombre de Miquel Soler está sobre la mesa y, a día de hoy, el tándem Nadal-Nanu cobra fuerza para dirigir el proyecto del nuevo Mallorca. Una, por la delicada situación económica de la entidad. Y dos porque el manacorí considera que el técnico catalán, exentrenador del filial hace dos campañas, reúne todos los requisitos para acompañarle en su aventura al mando del equipo bermellón.

Aunque formarían un tándem, Nadal asumiría las funciones de primer entrenador y Nanu sería su segundo con Pep Alomar al mando de la preparación física.

La posibilidad de que Nadal y Soler se adueñen de los mandos del vestuario isleño no es nueva. La pasada temporada ya sonaron con fuerza para sustituir a José Luis Oltra y asumir las riendas, aunque el consejo de administración optó entonces por entregarle el equipo a Lluís Carreras.

Las conversaciones con el Nanu van por buen camino y es probable que la próxima semana ya se pueda despejar la incógnita que preside hoy el futuro del entrenador. Todos los números apuntan a un cuerpo técnico encabezado por Nadal, que hace tres temporadas dirigió al Mallorca en Pamplona ejerciendo de puente entre Michael Laudrup y Joaquín Caparrós, con la colaboración de Miquel Soler. El Nanu, al igual que el manacorí, también mantiene buenos contactos que pueden desembocar en futbolistas para reforzar la primera plantilla. Y es que pagar traspaso está prohibido para una entidad que nutrirá a su primer equipo de futbolistas del filial y cedidos. La política de dispendio ha pasado a mejor vida y el Mallorca deberá sobrevivir a una economía de guerra.