El entrenador Gregorio Manzano y su ayudante Gonzalo Hurtado durante la vista celebrada este martes en los juzgados de Palma. | Jaume Morey

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La sala número 2 del Juzgado de lo Mercantil de Palma asistió ayer a un nuevo capítulo de la batalla que mantienen Mateu Alemany y Gregorio Manzano con la primera sesión del juicio por la demanda del entrenador jienense y Gonzalo Hurtado (su segundo en el banquillo en dos de las tres etapas que ha dirigido al Mallorca) contra el expresidente y, subsidiariamente, contra Álex García, José Miguel García, Miquel Vaquer y la familia Mingarro. Los dos técnicos solicitan que los demandados respondan solidariamente de las deudas que la entidad balear mantiene con ellos con respecto a la temporada 2009-10 y reclaman 923.527, 99 euros y 82.506,19 euros, respectivamente. En principio, todo debería quedar hoy visto para sentencia.
MANZANO
Dice que confiaba en Alemany y que no esperaba el concurso

Manzano, que reconoció que durante el mandato de Vicenç Grande se fue implicando de lleno en la política deportiva del Mallorca y que las cantidades exigidas se incluyen en los acuerdos sellados en su día con el promotor (enero 2008), admitió también que en plena crisis tras los problemas del Grup Drac, en enero de 2009, se puso en contacto con Alemany para que se hiciera cargo de la situación. «Él me había llamado a mí para que viniera en 2006 y en el marco de esa buena relación, Nando (Pons) y yo le pedimos que volviera», destacaba. El jienense, que tras su declaración emprendió el viaje de vuelta a China, donde dirige al Beijing Guoan, tenía claro que Alemany impondría una política de austeridad a su vuelta, pero en ningún caso contaba con que la sociedad acabaría agarrándose al concurso de acreedores. «Cuando le vendió el club a los Mingarro me dijo que tenía plenas garantías y diez días después empezaron los disparates», explicaba. Manzano destacó igualmente que fue citado en Son Moix una tarde de enero de 2010 y que allí fue informado de que la entidad entraría en preconcurso. «Me dijeron que calmara a la plantilla y que no pasaría nada. Y meses después, que me buscara un buen abogado porque me haría falta. Así lo hice y nos reunimos durante un viaje a Zaragoza. Le pedí a Mateu que volviera, pero también que se hiciera cargo de las obligaciones del club».
HURTADO
No esperaba una crisis tan grande en el seno del club

Al hilo de lo expuesto por Manzano, Gonzalo Hurtado afirmó en su declaración que las condiciones del contrato de ambos, de las que se derivan las cantidades ahora reclamadas, las negoció el mismo representante. A su vez, el que fuera segundo técnico del Mallorca abundó en las tesis del otro demandante. «Nunca pensamos que se entraría en concurso de acreedores porque siempre se nos negaba ese posible desenlace», comentaba.

ALEMANY
El contrato del técnico ya estaba firmado a su entrada

Mateu Alemany y su defensa se esforzaron en subrayar que a su entrada en el club se encontraron con el contrato del técnico ya firmado y que su resolución hubiera resultado inasumible para las arcas del Mallorca. En base a eso, aplicó una política de detención de gastos y buscó un comprador que, pese a aparecer y a sus buenas referencias, no respondió a lo esperado. Según el expropietario, la situación hizo inevitable la entrada en concurso. Entre el resto de demandados, Joan Font, abogado de Álex García, aclaró que su defendido no intervino en las áreas jurídica o económica y José Miguel García señaló que durante la era Grande el consejo era un «formulismo» y que toda la gestión la englobaba el propietario del Grupo Drac, ya que reunía en su poder en torno al 93 % de las acciones de la SAD.