Brandon Thomas cabecea un balón durante el partido de la primera vuelta ante el Valladolid en Son Moix. | M.A.BORRAS

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Casi diez meses después, llega el momento de recoger los bártulos, apagar los focos y cerrar las puertas de una temporada para olvidar. Y a noventa minutos para ponerle el candado, el Mallorca lo tiene todo por hacer.

El conjunto balear comparece este sábado en Zorrilla para acabar de cuadrar unas cuentas que, además de estar bajo el umbral de la pobreza, podrían sacarle de los raíles del fútbol profesional. Para empezar, el equipo está obligado a puntuar en Valladolid y a mejorar lo que hagan en esta última jornada Almería o Ponferradina, ya que si pierde o calca el resultado de sus dos enemigos directos se irá a dormir como equipo de Segunda División B. Hay 27 combinaciones posibles y en 14 de ellas el Mallorca caería al vacío.

El mejor punto de apoyo del Mallorca será el golaverage directo, que es favorable a los rojillos en los dos casos posibles: derrotó tanto a Almería como a Ponferradina en casa, empató en los Juegos Mediterráneos y sumó en el Toralín una de sus dos únicas victorias del curso como visitante. Eso podría ayudarle, por ejemplo, a sacarle rendimiento a un empate en Pucela. De hecho, en más de la mitad de los casos en los que atrapara un punto acabaría salvando la cabeza. Para ello, le basta que uno de sus dos enemigos pierda. Si los dos empatan o ganan, los de Vázquez culminarían su particular caída libre. En cambio, si en lugar de empatar saca una victoria de Zorrilla solo podría irse por el desagüe en un caso: que ganen tanto Almería como Ponferradina. Si uno empata o pierde, la salvación será un hecho.

El otro gran argumento al que puede agarrarse el Mallorca es la necesidad de Córdoba y Girona, los rivales de sus dos enemigos. Ambos deben puntuar para meterse en la promoción de ascenso a Primera.
En El Arcángel, sin ir más lejos, además de la rivalidad andaluza estará en juego el futuro deportivo de dos clubes. El Córdoba cuenta con tres puntos de ventaja sobre Osasuna y Alcorcón, séptimo y octavo clasificados respectivamente, pero necesita al menos un empate para mantenerse entre los seis primeros ya que tiene perdido con ambos el coeficiente particular. En cambio, con un triunfo podría aspirar incluso a la cuarta plaza si el Zaragoza no gana en Palamós ante la Llagostera. José Luis Oltra, técnico blanquiverde, tendrá que recomponer su once, ya que contará con hasta cinco bajas, las de tres internacionales, el portero Razak Brima (Ghana), Eddy Silvestre (Azerbaiyán) y Florin Andone (Rumanía), así como la del sancionado Domingo Cisma y el lesionado Xisco Jiménez, pues el calvianer no se ha recuperado de las dolencias musculares que ya le impidieron jugar en Mallorca. Mientras tanto, en Ponferrada, el cuadro local solo piensa en una victoria frente al Girona en un Toralín abarrotado. Para la visita del Girona los bercianos arrastran las bajas de Álvaro Antón, Pablo Infante y Willian Jebor.