Marc Pedraza celebra el tanto anotado el domingo ante el Lleida. | Joan Torres

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El Mallorca afronta los últimos cinco partidos de Liga con la serenidad que da la distancia de seis puntos con el Villarreal B y de siete contra el Elche. Precisamente el conjunto ilicitano es el próximo rival de los mallorquinistas, una piedra de toque perfecta para calibrar el estado actual del líder en un partido de máxima exigencia.

Tras romper con la dinámica de seis partidos sin ganar, el equipo de Vicente Moreno ganó al Lleida, pero no desterró las dudas respecto a su rendimiento porque de poder ganar por un amplio marcador, permitió al rival sobreponerse a las circunstancias adversas y terminar pidiendo la hora tras encajar dos goles.

Sin embargo, lo importante tras la victoria del Villarreal el sábado era ganar y mantener una distancia más que considerable con sus perseguidores. El domingo en Elche puede darse dos circunstancias: o dejar el campeonato prácticamente sellado en caso de triunfo o tener que prolongar una semanas más el cierre del título.

Pero más allá de resultado que se pueda dar, el partido en el Martínez Valero servirá para calibrar el rendimiento del Mallorca ante un equipo que va a luchar por el playoff y que tiene precisamente el perfil de un equipo similar al que puede encontrarse el Mallorca en la fase de ascenso a Segunda División B al término del campeonato doméstico.

Identificación
En esta segunda vuelta de la temporada el equipo se ha identificado poco con las virtudes que tan bien explotó en la primera vuelta. La firmeza defensiva, unida a la practicidad en la creación y a una pegada no excesivamente amplia, pero a la que sacaba un gran rédito, han dejado de darse con la misma fluidez durante estos dos últimos meses largos de competición.

La dinámica hizo que el equipo llegara a sumar solo 3 puntos de 18 y ahora, tras el triunfo ante el Lleida, el Mallorca quiere tratar de recuperar las mejores sensaciones posibles que le identifiquen de nuevo con su patrón de fútbol más solvente.

El Elche se agarra al encuentro del domingo como la última oportunidad de amarrar la segunda posición, que siempre es más favorable que no la tercera para afrontar una fase de promoción. El Villarreal no se lo pondrá fácil.