Marc Pedraza posa frente a un escudo del Mallorca. | Pere Bota

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Marc Pedraza Sarto (Barcelona, 1987) es el ancla de Vicente Moreno en el centro del campo del Mallorca. Aporta equilibrio, solidez y capacidad de mando desde la sombra, la misma que abandonó el otro día para abrir el camino y enfilar una victoria tan necesaria como terapéutica. Asegura que entiende las dudas que han aflorado últimamente en el entorno, pero recuerda que el equipo es el mismo de siempre y que lo demostrará. En Elche y, sobre todo, en la fase de ascenso.

—¿Se quitaron un peso de encima ganándole al Lleida?
—Sí, porque somos el mejor equipo de la competición y no podemos dejar de perder tantos puntos. Al final, todos esos puntos que nos hemos dejado nos hubieran dado un colchón con el que sería imposible cogernos. Pero es lo que hay. Hemos logrado revertirlo un poquito y vamos con más confianza a Elche.

—En ese sentido, ¿la semana ha sido diferente?
—Desde luego. Estamos más contentos por la victoria y muy concentrados porque viene el partido del Martínez Valero. Para nosotros, y lo hemos hablado, a día de hoy es el partido más importante del año. Es un rival directo y sabemos que si logramos la victoria estará casi hecho. Quedarán más partidos, pero es vital ir a Elche y ganar. Es un partido de casi seis puntos porque puedes sacarle mucha distancia o que se te acerquen mucho. Tenemos una ganas enormes.

—¿Lo que pasó al final del partido ante el Lleida podemos interpretarlo como un aviso?
—Está claro que no te puedes relajar porque en estos casos el rival no tiene nada que perder y le da igual encajar algún gol más. Se metieron en el partido gracias a un gol de estrategia y el penalti fue lo que nos creó las dudas. También hay que destacar que los últimos cinco minutos estuvimos muy bien, sabiendo hacer faltas, guardando la pelota e incluso perdiendo tiempo. Hay que buscarle el lado positivo.

—Pero volvieron a aparecer las dudas...
—Traíamos la necesidad de ganar y con el 3-0 parecía que estaba todo solucionado. Luego te pones 3-2 y las dudas sí que te entran, porque no ganar hubiera sido un palo gordo. Aunque lo importante es que al final se sacaron los tres puntos.

—¿Cree que han superado por completo esa fase de dudas?
—El equipo está entrenando muy bien. Sí que es verdad que no hemos tenido buenos partidos últimamente, pero en alguno de ellos, como en la segunda parte del Valencia Mestalla, ya se vio otra cosa. Y contra el Lleida y hasta el 3-0 dimos sensación de tranquilidad, de saber lo que tenemos. Necesitábamos goles también y el otro día los encontramos. Somos un equipo muy bueno y lo vamos a demostrar.

—¿Entonces cree que está localizado el problema?
—Es un cúmulo de cosas. Te enfrentas a rivales que también se están jugando muchas cosas, nos conocen mucho más, se encierran atrás. Y hay partidos en los que sí te pones nervioso porque ves que no llegan las ocasiones. No hay que achacarlo a nada concreto. Somos un equipo y debemos reconocer cada uno lo que hemos hecho mal. Lo hemos trabajado en los entrenamientos y hemos corregido muchas cosas. Estamos confiados y vamos a seguir mejorando.

—En cualquier caso y teniendo en cuenta el potencial del equipo, los problemas con el gol han sido un handicap.
—Está claro que eso repercute en los resultados pero al final el problema es ese, que muchos equipos se meten con cinco atrás y cuesta, por mucho que lo trabajes. Creo que se ha superado. Nuestros delanteros son lo mejor de la categoría y en el momento clave, que viene ahora, lo demostrarán.

—El otro punto caliente está en la defensa.
—Sí que es verdad que hemos recibido muchos goles últimamente. También influye algo la suerte porque en la primera hubo partidos en los que nos hacían muchas ocasiones y no nos marcaban y últimamente nos chutaban dos veces y nos hacían dos goles. Vamos a trabajar en eso en lo que nos queda de liga.

—¿Ha sido el momento más duro de la temporada?
—Cuando no consigues ganar, y más siendo el Mallorca, es duro. Lo hemos intentado de todas las formas pero no ha podido ser. En este último partido contra el Lleida, por ejemplo, teníamos en la cabeza que había que ganar sí o sí sabiendo lo que nos viene ahora. La victoria nos va a dar mucha confianza. Sabíamos el resultado del Villarreal B y que nos estaban apretando por atrás. Había que espabilar y ganar como fuera. Nos jugábamos mucho y podíamos desperdiciar todo lo que habíamos hecho en esta mala fase.

—¿Entiende en cualquier caso las dudas que hay o ha habido en torno al equipo?
—Es normal que tanto la prensa como la afición puedan dudar viendo los últimos resultados, pero del vestuario hacia adentro sabemos el trabajo que hacemos y los datos físicos que damos en cada partido y entrenamiento y lo volcados que estamos. El equipo está muy mentalizado y muy preparado. Sabemos que cuando llegue lo importante vamos a dar el callo. Seguro.

—El otro día le tocó estrenar la cuenta goleadora.
—Ya tenía ganas, la verdad. No he tenido demasiadas ocasiones, pero me hacía ilusión marcar y, sobre todo, abrir la lata. Me alegré mucho. Por el momento en el que me llega, por mi familia y porque ganamos.

—¿Qué fue lo primero que le vino a la cabeza?
—Al principio no me lo creía hasta que no vi que el balón estaba bien dentro. Busqué enseguida a mi familia, que me veía en el campo. Estaban mis tíos, porque había venido la hermana de mi padre a verme y fue todo muy bonito. Luego me fui a buscar a Dani (Pendín) porque es quien hace el trabajo de estrategia. Me estaba costando mucho llegar a marcar de esa manera y pensé en él, en el trabajo que hace y en lo profesional que es.

—El domingo, el Elche, ¿qué partido esperan?
—Puede pasar de todo, pero todo indica que el Elche saldrá con todo para ganar. Y es algo que podemos aprovechar gracias a los jugadores que tenemos. No sé cómo lo plantearán, aunque habrá mucha calidad en los dos equipos y el partido será casi de Segunda. Empezaron muy fuerte, pero hay que adaptarse a la categoría y no siempre es fácil, sobre todo si vienes de Segunda. A nosotros nos fue muy bien muy rápido, pero al final la clasificación lo marca todo y los mejores acaban estando arriba. Sabíamos que estarían cerca.