Pep Bonet, en una imagen captada en el Melià Palma Marina. | Joan Torres

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Pep Bonet (Palma, 1957) ha sido el mejor secretario técnico y director deportivo de la historia del Mallorca. Fue el arquitecto de varios proyectos de ensueño. Ahora, alejado del fútbol, recuerda para Ultima Hora esos años dorados, entre ellos, el de la final de Mestalla.

—¿Qué significó para usted la final de Mestalla?
—Lo sitúo en un lugar muy importante. Subimos a Primera y después acabamos quintos y jugamos una final de Copa ante el Barcelona. Perdimos y fuimos subcampeones. Se dice que de los segundos no se habla, pero en nuestro caso no creo que sea así. De esa final sí se recuerda quién fue el subcampeón. Este partido marcó también un punto de inflexión con la afición, que se identificó mucho con el club y se volcó más con los jugadores. Fue un momento importante en la historia del Mallorca y una gran satisfacción personal.

—Ese año se venía de ascender a Primera y le tocó confeccionar un plantilla casi completa.
—Esa temporada se dijo que el Valencia nos dio el grupo de jugadores que no quería y no fue así, fue una negociación complicada. Tenía 33 jugadores esa campaña y tuvimos la oportunidad de ir a por una serie de futbolistas que nosotros queríamos. Me sabe mal que en la historia haya quedado que nos dieron seis y punto y no fue así. Aprovechamos la circunstancia y tuvimos la suerte de acertar en lo que queríamos.

—¿Fue arriesgado apostar por Héctor Cúper?
—No era conocido, pero ganó la Commebol con Lanús, que tiene una gran importancia y el Mallorca estaba obligado por economía a hacer cosas de estas. Yo recuerdo que teníamos a Valerón firmado de Las Palmas y no habíamos subido a Primera, pero en ese escenario teníamos que levantarnos más pronto que el resto para alcanzar jugadores en el mercado que si no eres listo te los levantaban otros clubes.

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—Usted no tenía los medios tecnológicos de ahora, ¿cómo lo hacía para tener el nivel tan alto de aciertos?
—No estábamos en la prehistoria, ya había ciertos medios, pero era muy importante para mí la relación con el entorno, tanto intermediarios, futbolistas, jugadores e incluso periodistas, con los que nunca me considero haber sido amigo porque jugábamos partidos diferentes. Todo lo que se conocía de mi trabajo después repercutía en el precio y por lo tanto había que ser discreto. Había empresas que nos ayudaban, pero no con las facilidades de los tiempos actuales.

—¿Valerón fue uno de sus grandes descubrimientos?
—Es uno de los que más he disfrutado de ver jugar a fútbol. Le diré dos nombres, Xavi del Barça y Valerón. Era un escándalo como jugador y era un gustazo disfrutar de cómo veían el fútbol y lo que aportaban al conjunto del equipo. Yo me hubiera jugado todo por este jugador y de hecho nos lo jugábamos porque si no subíamos teníamos que pagar 320 millones de pesetas sí o sí. Fue un alivio subir y poder disfrutar de él en el Mallorca.

—Ese Mallorca y los posteriores jugaban de tú a tú contra los grandes.
—El Mallorca de Mestalla parecía invencible. Ese año y los siguientes, la grandeza de los proyectos fue que todos sabíamos que íbamos a ganar al Bernabéu o al Camp Nou y esto solo pasa cuando te sientes grande. Si perdías cualquier partido te ibas envenenado, era un grupo ganador. En ocasiones me molesta cuando se menosprecia por ejemplo la Copa de Elche porque el tránsito hacia la final fue muy duro. Y eso posiblemente sale del carácter mallorquín que no valoramos lo que conseguimos. Ahora que las cosas no van tan bien posiblemente se valore un poco más. Nuestro nivel de exigencia era máxima y en esos años soñaba con ganar la Liga y lo digo así de claro. Y si tenemos una dimensión un poco más grande, la ganamos. De eso estoy completamente seguro.

—¿Vio la final de Mestalla ganada en algún momento?
—En igualdad de condiciones sí, pero al quedarnos con nueve y dos jugadores lesionados, entendí que era muy difícil. Pero teníamos grandes jugadores y una plantilla excepcional y ahí están los resultados que consiguió ese grupo de jugadores.