Pepe Gálvez, entrenador del Mallorca B, observa las evoluciones del juego. | MIQUEL ÀNGEL BORRÀS

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Un gol de José Romero en el lanzamiento de un corner a favor del Atlético Sanluqueño poco antes de llegar al descanso de la prórroga, acabó con las esperanzas del Mallorca B de seguir vivo en la liguilla de ascenso a la categoría de bronce. El conjunto de Pepe Gálvez, que mereció más en el cómputo global del encuentro, no tuvo suerte en el tiempo añadido y terminó cayendo ante el conjunto andaluz y seguirá la temporada que viene en Tercera División.

El partido se puso muy bien para los locales que en el minuto 37 conseguían empatar la eliminatoria gracias a un gol de bella factura de Antonio Sánchez. El tanto llegó tras una gran jugada del conjunto rojillo que tocó el balón hasta encontrar a Antonio Sánchez, que en una gran jugada personal trasnsportó la pelota hasta las inmediaciones del área rival para lanzar un zapatazo enorme que acabó con el balón en la portería del guardameta Diego.

El gol del Mallorca B hacía justicia a lo que se veía sobre el terreno de juego, con un equipo rojillo mucho más metido en el partido, llevando el peso del mismo y acercándose peligrosamente a la portería del Sanluqueño.

Antes incluso del gol de Sánchez el Mallorca B envió un balón a la madera. Fue Enzo que esuvo muy cerca de marcar antes que lo hiciera su compañero.

La reanudación

Tras el descanso el encuentro entró en una fase de estabilización y el choque se equilibró. El Mallorca B no perdió la cara al encuentro en ningún momento, pero el Sanluqueño fue poco a poco tirando de veteranía y dejando que el partido fuera circulando por donde más le convenía.

Con el uno a cero en el marcador el partido se encaminó hacia la prórroga y también ahí el Mallorca B tuvo sus opciones, pero el acierto cayó de cara del conjunto de Cádiz.

En un lanzamiento de esquina, José Romero saltó imponente desde la frontal del área pequeña y se impuso a la defensa anotando el empate a uno. Sin embargo, el Mallorca B siguió empujando y siguió siendo mejor. Rodado, desde lejos del área, lanzó un fuerte y medido disparo al que nada pudo hacer el portero rival. El dos a cero abrió la esperanza a falta de ocho minutos para el final.