Vicente Moreno, técnico del Mallorca, durante el partido que disputó su equipo en Alcorcón | Manu Reino

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Con los rasguños de la primera derrota reflejados todavía en el rostro, el Mallorca amanece hoy fuera de las posiciones de ascenso directo -un dato anecdótico en el alba del curso- por la victoria del Sporting de Gijón ante el Extremadura, pero acechando esas plazas de privilegio. Los resultados de la jornada han amortiguado el golpe sufrido el pasado viernes en Alcorcón.

Los empates de sus perseguidores -Oviedo, Las Palmas, Deportivo, Cádiz y Zaragoza- mantienen al grupo balear encabezando ese pelotón con 6 puntos. Suma los mismos dígitos que el Málaga a la espera del encuentro que el conjunto de Muñiz debe disputar hoy en Almería. La victoria impulsaría a los malacitanos, el único equipo que ha logrado todos los puntos en juego, al liderato en solitario. De momento, el Sporting cierra la puerta de la tercera jornada en el ático del campeonato. Después de empatar en Alcorcón en la primera jornada, el grupo dirigido por Rubén Baraja ha aprovechado al máximo sus dos partidos consecutivos en casa para tomar impulso. Sus dos triunfos ante Nàstic y Extremadura, ambos por 2-0, le han permido asomarse ya a la atalaya del campeonato.

Calendario

Después de descansar en la jornada dominical y de cerrar de forma definitiva las puertas del vestuario (la reforma ha sido notable con más de veinticinco movimiento de piezas entre altas y bajas) Vicente Moreno comenzará a preparar desde esta mañana el cuarto capítulo del curso. Los caprichos del calendario han provocado que el Mallorca afrontara dos partidos como visitante con apenas cuatro días de diferencia... Pero lejos de cargar contra la Liga, de justificar en cierta medida el tropiezo con los encuentros, ni Vicente Moreno en general ni la plantilla en particular arrojó críticas por ese escaso margen de descanso entre ambas entregas. El Mallorca se comportó como un equipo plomizo, sin las ideas claras, sobre todo a la hora de crear el juego y de circular el balón, si bien mantuvo la seriedad defensiva y jamás descompuso su figura. Precisamente ese equilibrio es uno de los puntos que deben sostener a un equipo que todavía está comenzando su travesía en el torneo y que debe coger una velocidad de crucero. El grupo bermellón está rentabilizando bien sus goles (dos tantos y seis puntos) y en Alcorcón incluso tuvo arrestos para reacciones en aquella ocasión de Gámez que se estrelló en el palo. También la lucha, el esfuerzo y la entrega son algunas de las señas de identidad que está mostrando la escuadra de Moreno en estos primeros compases del curso.

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Un buen arranque

El inicio del Mallorca, con seis puntos en las tres primeras jornadas, es el mejor que ha protagonizado el equipo bermellón en la categoría de plata en los últimos veinte años. Desde la temporada 1996-97 el conjunto balear no abría el cerrojo de la temporada con dos victorias en los tres primeros encuentros.

En aquella ocasión, los rojillos se impusieron al Atlético de Madrid B en la primera jornada. Perdió en el segundo partido frente al Badajoz y volvió a celebrar la victoria en el tercer capítulo al vencer, en el estadio Lluís Sitjar, al Real Madrid B.

Después del pésimo lustro que transitó por la Segunda División tras caer por el precipio de la máxima categoría -no ocupó posiciones de playoff de ascenso en ninguna jornada de esas cuatro temporadas-, en esta ocasión el Mallorca ha podido enlazar dos alegrías consecutivas -triunfos ante Osasuna y Rayo Majadahonda- para posicionarse en la zona noble desde los primeros compases y mantener esa inercia ganadora que mostró durante toda la pasada temporada en la Segunda División B.

Ahora, después del primer tropiezo, Vicente Moreno dispondrá de más días de preparación para afrontar el próximo compromiso liguero con más opciones de éxito.