Maheta Molango y Alejandro Faurlín. | Redacción Digital

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Alejandro Faurlín trata de encontrar una salida a su situación deportiva y en las próximas horas podría abandonar el Mallorca con destino a un club de la Segunda División B. Según ha podido saber esta redacción, el jugador ha sido ofrecido recientemente al Castellón, que rechazó la operación y recientemente ha surgido el interés del UD Ibiza-Eivissa, que podría asumir el salario el argentino posicionándose para ser el club donde puede recalar Faurlín.

El jugador, que llegó en el mercado de invierno de 2018, hace ahora justo un año, tiene contrato con el Mallorca hasta junio de 2020 y la ecuación no resulta fácil. En principio las intenciones del futbolista pasan por irse cedido hasta final de temporada y regresar con vistas al próximo curso. En este escenario, ha aparecido el UD Ibiza, que puede llegar a asumir la parte del salario que el jugador debe terminar de percibir lo que resta de temporada, circunstancia que otros clubes no han podido asumir.


En jugador no tiene protagonismo esta temporada y a sus 32 años está todavía convencido de que puede rendir sobre un terreno de juego y de ahí que trate de salir del Mallorca donde no tiene minutos para tratar de encontrarlos en otro club.

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La pasada temporada la participación de Faurlín fue discreta participando en nueve partidos actuando en poco más de 400 minutos. Sin embargo, esta temporada el entrenador valenciano ha prescindido completamente de él y solo ha jugado doce minutos en Liga. En la Copa sí jugó los tres partidos disputados este curso ante Oviedo y Valladolid.

Sin embargo, la situación por la que atravies en el campeonato regular, en la que no disfruta de minutos, hace que tanto el club como el futbolista traten de buscar una salida. Salvo novedades, los términos que se barajan pasan por hacer efectivo un préstamo hasta final de temporada y que el jugador pueda incorporarse de nuevo a la disciplina mallorquinista a partir de la próxima pretemporada. El mediocentro llegó libre en el pasado mercado de invierno tras rescindir con el Cruz Azul mexicano y firmó hasta final de temporada (junio de 2018) con opción a prolongar su vinculación dos años más.

La dirección deportiva fichó a Faurlín para refozar la sala de máquinas del equipo de Vicente Moreno tras ascender el año pasado a Primera con el Getafe en junio de 2017. Antes de aterrizar en España militó en Inglaterra, en Championship y Premier League con el QPR.
La más que posible marcha de Faurlín no debe ser la última porque el número de jugadores que no cuentan para Vicente Moreno es elevado y hay futbolistas como Castro, Valcarce y Giner a los que también se trata de buscar una salida en esta ventana de fichajes. Como siempre el problema mayor es el dinero y encontrar clubes que pudan hacerse cargo de la ficha o de parte de ella.