Imagen del entrenador del Real Mallorca, Vicente Moreno, en el banquillo de Son Moix en el partido ante el Real Madrid. | Miquel Àngel Borràs

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Las emociones tras el triunfo frente al Real Madrid quedan ya en el arcano de recuerdos de esta temporada. Un triunfo convincente por la mínima ante un equipo blanco que se estrelló frente a los soldados de Vicente Moreno. El fútbol siempre mira hacia adelante y hoy el Mallorca fija el punto de mira en el inminente calendario que debe afrontar de aquí al nuevo parón para los compromisos internacionales.

Casi no hay posibilidad de conseguir velocidad de crucero y por lo tanto la temporada se va desarrollando por fases, entre parón y parón y en estos momentos restan cuatro partidos hasta que otra vez las selecciones interrumpan el desarrollo normal de la competición doméstica. En esta ‘miniliga' de cuatro partidos destacan los próximos tres ante rivales directamente implicados en la lucha por la permanencia o al menos por ahora, en la batalla por conseguir salir del vagón de cola y acomodarse en esa zona donde habita la clase media y que ofrece dosis de calma lejos del barro de la clasificación.

La gran intención de muchos equipos es evitar esa especie de montaña rusa en la que se convierte el vagón de cola cuando no consigues tomar impulso. El Mallorca quiere ahora aumentar su crédito de puntos, un crédito que se ha visto aumentado tras los dos últimos triunfos consecutivos ante Espanyol y Real Madrid.

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Pero en estos momentos vienen curvas porque los rivales a los que se medirá el conjunto rojillo son también especialmente difíciles por las urgencias y necesidades que tienen también de dar un pequeño salto de calidad en esta fase de la temporada regular.

El Leganés será el primero de los tres equipos a los que deberá medirse el cuadro rojillo. Tras la marcha de Mauricio Pellegrino, el club se encuentra ne esa situación de crisis múltiple donde el miedo se apodera ya de la directiva y a partir de ahí todo es posible. Sin embargo, en los rivales se ve siempre como una posibilidad de volver a empezar, de recuperar sensaciones y por este motivo Vicente Moreno tratará de mentalizar al equipo de las dificultades que planteará un partido ante un rival herido de consideración. Pese a que todavía no ha ganado ningún partido, la estadística siempre suele romperse algún día y en el Mallorca no quieren que esto ocurra la próxima jornada.

Al examen de Leganés le seguirá el miércoles de la próxima semana otro de dificultad si cabe todavía mayor: Osasuna de Pamplona. Contemplando la clasificación el equipo navarro está físicamente en la zona media, pero las distancias de puntos son todavía muy cortas y por ahora suma 11 y el Mallorca le tiene a tiro de piedra. Si el equipo de Moreno toma velocidad de crucero, los de El Sadar pueden verse metidos en problemas cuando visiten el estadio de Son Moix la próxima semana. El tercer partido de esta fase le enfrentará al Valladolid, un equipo situado en idéntica situación que Osasuna y que no puede ceder puntos si no quiere visitar la zona de la tabla que nadie quiere nombrar.

Entre la muchas virtudes que tienen los equipos de Vicente Moreno está la regularidad, el ir tomando confianza y mejorando poco a poco y este es el gran reto también en Primera División. La próxima semana será una de esas de tres partidos en las que posiblemente el técnico se vea obligado a llevar a cabo rotaciones porque los minutos van acumulándose en el equipo titular, mientras que el fondo de armario va mucho más descansado. Llegan curvas en esta nueva fase del campeonato doméstico.