El preparador físico del Real Mallorca, Dani Pastor. | @RCD_Mallorca

TW
2

El fútbol se ha visto en la obligación de reinventarse durante esta cuarentena motivada por la pandemia del coronavirus. El balón ha dejado de rodar, los campos de entrenamiento han echado la barrera y los petos, conos y porterías han dejado paso a las aplicaciones móviles, ejercicios en casa y trabajo de mantenimiento en solitario. Ni en vacaciones se ha intensificado tanto el trabajo virtual como ahora. Al menos durante los periodos estivales o de navidad los futbolistas pueden ir a correr al aire libre, algo que ahora no ocurre.

En este escenario de confinamiento, los profesionales de la preparación física y los entrenadores se han visto en la obligación de usar mano de la tecnología y de la imaginación para intentar mantener la forma de sus futbolistas.

Afortunadamente el Mallorca cuenta con Dani Pastor al frente de la preparación física, un profesional de reconocido prestigio y que durante estos últimos años su trabajo ha sido fundamental para entender los éxitos del equipo. Ahora, desde su domicilio, el día se le queda corto para poder organizar entrenamientos y valorar las cifras y resultados que va recibiendo.

El teletrabajo en su caso alcanza una nueva dimensión y su laboratorio permite a los futbolistas mantener el tono muscular, no aletargarse y trabajar con un plan diario que hará posible que la vuelta a los entrenamientos, sea cuando sea, pueda hacerse de la forma menos traumática posible. El preparador físico explicaba los pormenores que marcan su día a día desde el punto de vista profesional. «Hemos cambiado el modo de trabajar pero no hemos dejado de trabajar. Es un sistema que va más directo al jugador uno por uno, los días se pasan rápido porque están llenos de contenido y tratamos de dar todas las herramientas posibles a los jugadores. Al alargarse el confinamiento necesitamos un control mayor de la situación y pasamos a utilizar los sistemas que tenemos en el club para medir la variabilidad de la frecuencia cardiaca, el estado de reposo, cómo afronta el descanso el jugador y la carga de estrés. Lo hacemos mediante una banda que se sitúa en el pecho y los datos posteriormente me llegan al ordenador. Cada jugador tiene esa banda en casa y registramos en una aplicación el trabajo que hacen y por lo tanto conozco toda la labor que desarrollan en el día a día», explicaba el preparador físico.

Noticias relacionadas

Con todos estos datos, Pastor tiene medidores que le permiten conoce el estado de sus futbolistas y qué matices hay que corregir de cara a próximas sesiones. «A partir de los datos que me van llegando sé si han cumplido con el trabajo y conocemos la orientación completa que ha tenido ese trabajo. Tenemos los datos a nivel cardiaco y sabemos la cuantificación de la carga. Esto nos permite conocer en qué dirección hemos trabajado y dónde tenemos las carencias y a partir de ahí planificar las próximas sesione», argumentaba.

Sin duda es un arduo trabajo que no es fácil de organizar y que requiere de tiempo y de una planificación muy escrupulosa porque cada jugador es un mundo y cada uno tiene unas necesidades, sus virtudes y sus carencias. «Cada tarde recibo los 26 informes, uno de cada futbolista, los tengo que valorar y estudiar y en la mayoría de los casos me pongo en contacto con ellos y valoro cuál es el perfil de entrenamiento el día siguiente, cómo tiene que desarrollarse, si tiene que ser de más alta intensidad y a través de mensajes o llamadas les informo de por donde tienen que mejorar. Ahora este es nuestro día a día», manifestaba Dani Pastor.

Pese a la intensidad y continuidad en el trabajo de confinamiento, nada puede ocupar el espacio de un entrenamiento con balón en Son Bibiloni. «A mí me gusta más el campo, las tareas con balón, que el perfil de educación física tengan presente las actuaciones reales y próximas al juego, eso es fundamental, lo que ahora hacemos trata de compensar lo que no podemos hacer en el campo», apuntaba Pastor.

En la mente de todos está el regreso a los campos de entrenamientos y para ello la Liga ya ha ideado un protocolo de cómo debe hacerse este trabajo cuando llegue el momento, una planificación que tanto el preparador físico como el entrenador, Vicente Moreno, ya habían ideado antes incluso de que LaLiga publicara su tratado de intenciones. «Ese protocolo lo he visto, es de una exigencia a nivel de medios y de infraestructura enorme, no sé si podrá llevarse a cabo y en caso de que se lleve a cabo lo que puede llegar a costar. Entiendo que la situación de partida tiene que ser de mucho control del riesgo y está bien que sea un inicio. Nosotros teníamos ya un protocolo hecho, no tan desarrollado como el que plantea la Liga y iba un poco por ahí, salvando las distancias. Teníamos pensado que cada jugador viniera con su coche, entrenara con su propia ropa y ejercitarse en los 4 campos, 2 jugadores en cada 2 campos, ese perfil de trabajo lo teníamos adelantado, cuando llegue el momento lo veremos», señalaba Pastor.