El delantero del Sevilla FC Óliver Torre lucha con el japonés Takefusa Kubo, del RCD Mallorca, durante el partido correspondiente a la jornada 36 de Liga en Primera División. | Julio Muñoz

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Con el escudo o sobre él. Ganar o morir. La penúltima batalla del Mallorca le sitúa ante la difícil de empresa de pelear por una salvación que cobra tintes épicos en el epílogo de una particular odisea que se resuelve en varios frentes.

La primera tregua después de 33 días consecutivos de fútbol hace más plomizo el silencio previo a la batalla. Cualquier opción de agarrarse a la vida pasa por doblegar mañana (21:00) al Granada en Son Moix y ni siquiera la victoria supone una garantía de alargar la quimera.

Las matemáticas dicen que se pueden dar 6.561 combinaciones entre los cuatro implicados y los mismos números le conceden a los bermellones un 8,08 por ciento de probabilidades de éxito. Ni siquiera quedarse con los tres puntos del duelo ante el Granada le garantiza llegar con vida al domingo si ganan Celta y Alavés, aunque también un empate podría mantenerle con un hilo de esperanza. Lo único seguro es que una derrota empujaría a los bermellones al abismo.

La estadística permite al Celta y al Alavés ser optimistas. La calculadora señala que los celestes tienen un 91,62% de opciones, mientras que pone de relieve que el conjunto babazorro se salvaría en el 90,55% de los casos.

Por suerte para el Real Mallorca, el fútbol no son matemáticas y un triunfo mañana unido a algunas combinaciones podría alterar las estadísticas actuales y transformar el decorado. La historia también dice que los bermellones nunca han bajado a Segunda en la penúltima jornada. Todo se reduce a ganar mañana y esperar.