El entrenador del Real Mallorca, Luis García Plaza, durante el partido. | M.A.BORRÀS

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El Mallorca ha recuperado las llaves de Son Moix. Erosionado en la clasificación por esos dos gazapos que había enganchado en el tránsito de un año a otro, el equipo balear necesitaba echar el pestillo en su estadio para alargar la rehabilitación que inició en Vallecas mientras presumía de pegada. Los bermellones, que no se imponían en el salón de su casa desde el 7 de diciembre (3-1 al Castellón), resistieron al acoso de otro rival directo que regresaba a Girona con los bolsillos vacíos y a muchísimos kilómetros de donde se libra la batalla por el ascenso directo. Además, volvía a hacerlo sin quitar el candado de su portal. No acaba un partido en su estadio sin encajar desde el 29 de noviembre.

Una vez consumada la séptima victoria de la temporada en Palma, Luis García era un hombre feliz. Una alegría por todo lo suponía ese resultado que iluminaba los videomarcadores de Son Moix tras noventa minutos de tensión y por cómo y contra quién se había conseguido. «Enfrente estaban Stuani, Sylla, Samu Saiz... El Girona es un equipazo, la verdad», apuntaba. «Y que nosotros llevemos 48 puntos... No estoy feliz, sino lo siguiente. Hay que sufrir y pelearlo mucho cada partido. No es normal que nos pongamos cada partido 0-3 como el día del Rayo. En Vallecas, por ejemplo, llegamos cuatro veces y marcamos tres. Y hoy hemos llegado mucho y no hemos marcado hasta el final. Pero si algo tiene este equipo se resume en la última jugada de Dani (Rodríguez). Le ha echado dos pelotas de narices. Lo conseguirá o no, pero todo el mundo debe sentirse orgulloso de este equipo. Con más o menos acierto, se lo dejan todo», sentenciaba orgulloso repasando el esfuerzo de sus futbolistas.

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La peor noticia de la noche para el entrenador del Mallorca fue la lesión de Sastre. «Estamos teniendo mala fortuna porque los tres jugadores que teníamos previstos en la plantilla para jugar en el lateral derecho, como Joan, Gámez y Sedlar, están fuera. Para Lago no ha sido nada fácil entrar ahí sin apenas calentar, pero ha cumplido como ha podido y la verdad es que se lo agradezco. El problema es que a lo mejor esto es para más partidos porque no se soluciona la semana que viene. Ahora vamos a Albacete, donde nos jugaremos tres puntos igual de importantes que los de después contra el Espanyol y el Almería y ya veremos lo que inventamos», reflexionaba.

«La victoria es importantísima», seguía analizando Luis García Plaza. «Los jugadores estaban desanimados en el descanso porque no marcábamos y eso, en la cabeza, te hace daño. Sabíamos que el viento nos iba a perjudicar todo el segundo tiempo y ellos nos han apretado muy bien en todo momento».

«El Girona es un grandísimo equipo y si hubiera podido tener este mismo nivel desde el principio, estaría mucho más arriba», concluía LGP.