El mallorquinista Iddrisu Baba, tras recibir una falta. El conjunto balear sufrió una dura derrota en Vigo que le acerca a dos puntos del descenso. | R.D.

TW
1

El Real Mallorca regresó este martes al trabajo con el punto de mira puesto en el partido contra el Real Madrid. Toca reaccionar y habrá que hacerlo ante el líder de la Liga. Al menos hay que intentarlo. No hay espacio para lloros ni historias que no sea que cada jugador recupere su mejor versión y plante cada a un equipo que al menos hasta hoy está metido de lleno en su cruzada por la Champions.
Otra cosa es a partir de mañana. Pedir una reacción ante el Madrid es exigir demasiado a un equipo que futbolísticamente no anda muy sobrado de virtudes, pero que cuando ha logrado pelear y competir, se ha llevado puntos y partidos. Frente a los grandes de la Liga ha dado la cara. Lo hizo en Palma contra el Barcelona, donde casi suma un punto de no ser por el error de Reina que hizo posible el tanto de Luuk de Jong (0-1); también consiguió un meritorio triunfo en el Wanda ante el Atlético con remontada incluida (1-2) y contra el Valencia, tanto en Mestalla (2-2) como también hace una semanas en Palma (0-1), mereció más de lo que consiguió.

Contra el Betis firmó un más que aceptable encuentro (2-1) y también contra el Athletic Club, al que ganó en un partido eléctrico (2-3). El principal pinchazo fue precisamente contra el rival de este lunes, el Real Madrid, que en el Bernabéu ganó por seis goles a uno en un choque sencillamente para olvidar. Motivos para el optimismo en estos momentos y después de cuatro derrotas no hay muchos a los que agarrarse, pero se hace necesario recuperar sensaciones y sobre todo trabajar para dejar la portería a cero e intentar salvar el partido. Pese a que en estos momentos el equipo es el segundo más goleado de la categoría (45), solo superado por el Levante con 54, la realidad indica que con cuatro victorias más el Mallorca estará bordeando la salvación y este es el gran reto de un equipo que tiene mimbres para al menos competir bien en cada partido.

La lesión de Galarreta es una losa que hoy por hoy hace daño porque el eibarrés había conseguido asentarse en el once y su participación era muy importante por el equilibrio y el juego que era capaz de generar. Ahora Antonio Sánchez y Baba tratan de cubrir su vacante, pero a ambos en esta fase de la temporada les falta cierto rodaje en esa posición donde Iñigo había sido titular durante muchos partidos. Ayer empezó el trabajo que tiene que desembocar el lunes en un partido que permita al menos terminar la jornada con buenas sensaciones.