GETAFE C.F. vs R.C.D. MALLORCA | Carlos Gil-Roig

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El técnico del Real Mallorca, Javier Aguirre, encajó la derrota sin dramatismo y tratando de sacar una lectura positiva del espíritu mostrado por sus hombres. Sin querer cargar las culpas sobre el árbitro o el VAR, consideró el penalti y la expulsión como la clave de un encuentro que los suyos tenían «bajo control». Aunque subrayó la importancia de que sus hombres «no se acostumbren a perder» sí valoró la mentalidad demostrada hasta el punto de apreciar que «hay veces que perdiendo, ganas».

«Queríamos hacer un partido intenso. Sabíamos que si aflojábamos en ese rubro con el Getafe íbamos a sufrir porque es un equipo que te exige. Estaba bajo control hasta la jugada clave que lo cambia todo. Más allá de las paradas de Sergio (Rico), con diez se hizo muy complicado. Con bajas de tres defensas y sin Russo, fue un reto al espíritu del equipo. No hubo premio, pero los jugadores pueden estar orgullosos porque se dejaron el alma», analizó el mexicano. «Estábamos ordenados y neutralizando al rival. No vi espacios ni grandes atajadas, luego, con diez, nos costó más reagruparnos y era duro mantener la intensidad del Getafe», añadió.

Cuestionado sobre la acción del penalti, Aguirre apreció que su duda reside en «saber quién decide que se vaya a ver la jugada». «El criterio de las manos no lo entiende nadie, pero soy un defensor del VAR porque da justicia al fútbol. La única pregunta que nadie me responde es de quién es la decisión de ir a la pantalla a revisar la jugada, porque Mateu (Lahoz) puede decir que no era y de hecho hace gestos, pero no sé qué pasó para ir al VAR. Nos quedamos con diez y allí se acabó», prosiguió.

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Planteamiento

El técnico razonó que su primer once estuvo mediatizado por las bajas y una semana «un poco rara» por la ausencia de los internacionales y las dificultades meteorológicas a la hora de entrenar. «Teníamos tres defensas fuera y tuvimos que improvisar», aseguró al mismo tiempo que justificó un centro del campo más defensivo al entender que «ni Antonio (Sánchez) ni Kang In son volantes defensivos». «Los ocho partidos que nos quedan no sé qué va a pasar, pero tenía que armar y organizar al equipo. Tengo 25 elementos y cada semana pondré al que crea que mejor está», apuntó acerca de si iba a ser el planteamiento habitual hasta final de temporada.

Sobre si el partido servía para definir su estilo, ya que se conectaron cien pases menos de la media habitual, replicó al periodista aludiendo a la realidad de la liga. «Cada rival es distinto y nosotros jugamos finales. Veníamos de seis derrotas seguidas y de partidos encajando ¿¡Y me hablas de estilo!? Cada rival te obliga a otras cosas, pero si me garantizas que dando 200 pases ganamos, los damos», dijo.

Aguirre aseguró que sus sensaciones «eran positivas» y advirtió que es el momento «de que el jugador entienda dónde está». «No podemos jugar como si no pasara nada, si no aprietas los dientes y no juegas cada pelota como si fuera la última no sirves para Primera y los jugadores lo entendieron», dijo. Además, remarcó que los suyos demostraron estar «vivos». «El partido me deja buenas sensaciones de los jugadores. Que no se acostumbren a perder, pero a veces perdiendo ganas», concluyó.