Palma18/02/23 20:45
Partidos como ante el Villarreal no suelen darse cada jornada por eso hay que degustarlos en su justa medida, mucho más allá de los noventa minutos. Fue un encuentro de esos de dar y recibir, un vaivén de sensaciones, una montaña rusa de subidas y bajadas. Ni con cuatro a dos el partido daba la sensación de que estaba cerrado ni contra un equipo con diez. La gran virtud del Mallorca ante el conjunto amarillo fue tener capacidad de reacción tras recibir un mazazo. Crecer durante el partido. Una vez y otra.
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