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No fue el mejor día para visitar al campeón. Sin nada que pelar -apenas una opción remota de pelear por la séptima plaza- el Mallorca se abstuvo en su visita al Camp Nou. Fue el invitado perfecto en la fiesta azulgrana. En la despedida de Busquets, Jordi Alba y del coliseo, que será sometido a una profunda remodelación. El Mallorca ni se presentó y antes de cumplirse el primer minuto, Greif ya había encajado su primer gol. Javier Aguirre quiso premiar al meta eslovaco y a Josep Gayà, que como sucediera en el Bernabéu en su estreno el curso pasado, comenzó el encuentro remando a contracorriente...

Ese tanto de Ansu Fati a los 48 segundos y la expulsión a Amath Ndiaye a los trece minutos acabaron con cualquier atisbo de hazaña ante un Barcelona que goleó sin pisar el acelerador y que retrató, como ya hiciera el Almería, que este equipo es vulgar cuando no compite. La temporada ha sido notable, pero le han sobrado los últimos partidos. El capítulo ante el Rayo Vallecano será el epilogo con el aliciente de lograr el triunfo para alcanzar la cota 50.

Y para despedir a algunos de los jugadores que desfilarán por la puerta de salida. También sería necesario despejar todas las incógnitas y acabar con el folcklore que está rodeando todo el asunto de Javier Aguirre y su renovación. Hay que empezar a pensar ya en el próximo proyecto.