El eslovaco Martin Valjent, uno de los defensas centrales del Real Mallorca. | P. Pellicer

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Las casas no pueden empezarse por el tejado y el nuevo proyecto del Real Mallorca a nivel deportivo tiene un plan claro y que se ha visto trastocado tras la lesión de Antonio Raíllo. La ausencia del capitán ha provocado un revés anímico en el grupo debido al enorme peso que el cordobés tiene tanto en el juego defensivo como en el aspecto motivacional. Con él en el campo el Mallorca adquiere un carácter y una solvencia muy difícil de sustituir. Por este motivo, a las puertas del cierre de mercado, el club entró en convulsión cuando se conoció que tenía una importante oferta de la Serie A y que podía perder a su hombre más importante atrás para toda la temporada. El fútbol es caprichoso y pese a que Antonio se quedó, una inoportuna lesión en el tobillo truncó sus planes de volver a ser el jefe de la defensa y dejó desnudo al equipo en la retaguardia. Fue un golpe tremendo para todo el grupo porque a nadie se le escapa la importancia que tiene un futbolista de su nivel.

Sin embargo, el trabajo de Javier Aguirre y de Toni Amor está encaminado estas últimas semanas a tratar de recomponer la figura del Mallorca y a que éste supere la ausencia prolongada de su hombre de referencia en el centro de la zaga. No está siendo fácil como se ha demostrado en partidos contra el Villarreal o el Granada, pero frente al Athletic Club de Bilbao el equipo mantuvo el tipo, conservó la portería a cero y dio en este sentido un paso adelante en la misión de volver a dotar de fortaleza a la línea defensiva. Lo hizo además ante un equipo que la pasada jornada había marcado cuatro goles al Betis. Es cierto que el encuentro no fue vistoso ni de fácil digestión, pero solo a partir de ahí, de mantener su portería a cero, el Mallorca va a crecer y podrá volver a ser el equipo fiable, correoso y difícil de batir como sucedió fue la pasada campaña.

Los galones de Raíllo son ahora para Valjent a la espera de que Nastasic pueda entrar en el once. Sin embargo, el eslovaco es un perfil diferente a Raíllo. Antonio tiene la virtud de hacer mejores al resto, pero ahora toca crecer sin él durante unos meses. Martin tiene su talón de Aquiles en la dificultad de atajar según qué perfil de jugadores dentro del área y dotados de habilidad y rapidez para el regate. Ahí Valjent sufre, pero a la hora de ir al corte y de mantener posicionada la zaga ha crecido mucho. Le toca a él dar ese paso adelante. Sin embargo, en el último partido disputado frente al Athletic la figura del belga Siebe Van der Heyden, resguardando el flanco izquierdo de Valjent, se mostró fiable y muy seguro pese a las circunstancias de tener que bregar con un equipo de mucho talento delante. Van der Heyden no cometió errores, estuvo muy certero con el balón en los pies y salvo el lógico trabajo de replegarse y que el contrario te metiera en aprietos dada su calidad, aprobó con nota.

Salvo novedades, todo hace indicar que Aguirre y Amor tratarán de consolidar su idea en el eje de la zaga con Gio, Valjent y Siebe, aunque más pronto que tarde puede aparecer la figura de Nastasic, al que ahora se está poniendo en forma. Este último también es zurdo, pero el plan es modificar el eje insertándole en el centro y recolocando por lo tanto a Valjent en la derecha, su posición habitual. A partir de ahí Maffeo siempre es un valor seguro por el carril mientras que Lato y Jaume Costa ofrecen fortaleza por el otro costado. Y siempre está la opción de Copete, que salió del once el pasado domingo a la espera de una nueva oportunidad. Cuando esté Raíllo disponible de nuevo, el Mallorca dispondrá de más alternativas atrás, aunque de momento la clave es saber si Nastasic está para jugar ya que ha entrenado con un equipo de Segunda en su país y si esto es así confiar en volver a plantar un muro infranqueable por delante de Rajkovic.

La primera prueba de fuego será el sábado de la próxima semana ante el Celta de Vigo, un equipo que por ahora en casa todavía no ha marcado, pero eso no quiere decir que no tenga potencial y capacidad para hacerlo. Sin duda el choque ante el once gallego se presenta de nuevo como una piedra de toque para un Mallorca todavía en construcción.