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El Real Mallorca derrotó (3-2) a Osasuna, deja ya el descenso a cinco puntos y acumula cinco jornadas sin perder. El equipo, además, suma nueve de los últimos 15 puntos disputados. El once de Aguirre, además, se reconcilió con la afición, que disfrutó como aún no lo había hecho esta temporada y Larín, al fin, completó un buen partido, pese a no marcar.

No me extraña que Javier Aguirre opte por jugar con cinco defensas y un solo atacante claro, pese a jugar en Son Moix ante un rival como Osasuna. El mexicano tiene un sistema de juego definido, cree en sus ideas y no está dispuesto a cambiarlas, al menos de momento. Ayer, el técnico apostó por situar a Gio como central, acompañando así a Raíllo y Nastasic. Y es que, como sabíamos, el entrenador confía más en el lateral Gio para jugar como central que en Copete o Van der Heyden. Es, como mínimo, una decisión extraña, que deja en evidencia el trabajo de Pablo Ortells. Ah, y Aguirre optó ayer por dejar en el banquillo a Sergi Darder y otorgaba la titularidad a Morlanes. Y Larin fue nuevamente el escogido para la plaza de ataque, relegado de nuevo a Prats, máximo goleador del equipo. El resultado indica que Aguirre acertó. Ya no hay debate.

Y eso que el partido no comenzó bien, puesto que Osasuna se adelantó. El Mallorca no tardó en empatar y el partido, de escasas ocasiones, se igualó por momentos. La segunda parte fue mallorquinista. Dani Rodríguez adelantó al Mallorca, Raíllo dejó el partido prácticamente sentenciado con el tercer gol de cabeza. Quedaba un mundo y Osasuna, que pasó a controlar el partido sin crear ocasiones, marcó con el tiempo cumplido. El descuento se hizo eterno, pero los tres puntos se quedaron en Palma.