Aguirre volvió el domingo de Cádiz con otro trabajo a punto de rematar. El Mallorca alargó su sequía de victorias como visitante y dejó con un hilo de respiración a un Cádiz al que observa por el retrovisor, pero también se trajo la salvación enmarcada. El día que sea matemática, probablemente en un par de jornadas, habrá cumplido por tercera su objetivo desde que llegó al banquillo bermellón a finales de marzo de 2022. En su primera temporada lo salvó de un descenso casi seguro, en la segunda lo llevó a las puertas de Europa y en la tercera, adornada con una inesperada final de Copa del Rey, lo mantendría con su balance más discreto.
Con el del pasado domingo en el Nuevo Mirandilla Aguirre ya ha dirigido al Mallorca en 92 partidos oficiales y 80 veces en el campeonato de Liga. En su trayecto a bordo de la nave rojinegra solo ha pasado cuatro jornadas tras las rejas del descenso y en las otras 76, las 73 últimas de manera consecutiva, ha flotado por encima de la línea roja de la clasificación. Un argumento que utiliza a menudo para defender el trabajo de su cuerpo técnico cuando se amontonan los partidos grises o cuando se cuestiona la estética de su modelo de juego, bautizado por la afición como fútbol tequila.
De momento, los números de Aguirre no garantizan nada. Ni en una dirección ni en la contraria. No lo aclara él cuando se sienta en la sala de prensa, antes y después de los partidos —en lo que va de temporada apenas ha concedido entrevistas a medios locales—, y no lo hace la dirección deportiva del Mallorca. La razón, a un lado y al otro, es que no se harán movimientos hasta que el equipo tenga un sitio confirmado en la siguiente parrilla de la Primera, que debería ser pronto. El mexicano sí que ha dicho en alguna que otra ocasión que su prioridad es continuar, pero también ha dejado caer que su representante ya dispone de algunas ofertas, sobre todo del extranjero. Aunque aquí su figura ha ido desgastándose en ciertas fases de la temporada y por momentos se intuye un final de ciclo, fuera de la isla parece que su manual ha vuelto a revalorizarse. La trayectoria en la Copa del Rey le ha puesto en el escaparate y ha hecho mucho en ese sentido.
Pase lo que pase cuando se cierre el ejercicio, Aguirre ha dejado huella en Son Moix. Como mínimo, ha conseguido sentarse en la mesa de Gregorio Manzano, Llorenç Serra Ferrer y Héctor Cúper, los únicos que le superan en partidos dirigidos en la máxima categoría y los únicos que, como él, han guiado al Mallorca hasta una final de Copa. A su vez, el club también ha hecho una marca en su historial. Tras dos más de dos décadas entrenando en España y camino de los 500 partidos en Primera, el conjunto isleño es el tercero de su tarjeta tras Osasuna (152 encuentros) y Atlético de Madrid (97) y como comandante de los insulares ha estado a punto agarrar su primer título nacional.
A falta de esas cinco jornadas que restan para abrochar la temporada, el Mallorca ha ganado el 30% de los partidos (24) que ha dirigido Aguirre desde que llegó. Un porcentaje que mejora al de Llorenç Serra Ferrer (28,26%), aunque con menos encuentros, pero que está por detrás de los de Cúper (38.28%) y Manzano (38.91). El 28,75% de las veces que ha estado en el banquillo balear el equipo ha empatado y el 41.25% ha perdido.
El sábado se reencontrará con el público de Son Moix al que no ha vuelto a regalarle una victoria desde antes de la final de La Cartuja. Será un partido especial. Recibe al Atlético de Madrid, exequipo y una de sus víctimas favoritas. Pero también podría empezar a despedirse...
4 comentarios
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Para mí está clarísimo. Aguirre ha desperdiciado una plantilla apta para luchar por Europa y nos ha relegado al sufrimiento del posible descenso, tema aun por resolver. Su gran fracaso son sus alineaciones. El Mallorca tiene bien cubiertas la portería y la defensa. En el centro del campo, el año pasado estaba Galarreta, que podía ser sustituido perfectamente por Morlanes y/o, aun mejor, por Darder. Pero ambos se han cansado de calentar banquillo mientras otros jugadores más toscos, como el entrenador, estaban sobre el césped. En la delantera, o un solo punta, que nada podía hacer contra toda la defensa, o el gran fracaso de Larin, que nos lo ha hecho tragar día sí día también. Ha sido una desgracia su fichaje. No solo no marca goles, cosa exigible a un punta, sino que tampoco aporta nada al juego de ataque. Y así somos el segundo equipo con menos goles a favor. Como con Morlanes y Darder, Aguirre ha menospreciado a Abdón, que ciertamente no es Maradona pero es mucho más efectivo, números cantan, que Larin. Y ahí es donde la ha pifiado Aguirre, jugando sin centro del campo ni delantera a una anodina sucesión de patadón y p'alante. Por favor, Sres. Ortell y Díaz, de ningún modo se les ocurra renovar a semejante incompetente. El gran reto de la directiva este final de temporada es encontrar un entrenador competente, que lleve a esta plantilla a donde es capaz de llegar bien dirigida.
Lo peor no es que se marche,es que con sus planteamientos a la defensiva se consuma el descenso.
Hace semanas que no está en el aire,se va a final de temporada,
Márchese Sr Aguirre ,!,,