Dani Güiza, en su presentación como jugador de la UD Roteña.

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A punto de cumplir 44 años, Daniel González Güiza (Jerez de la Frontera, 1980) continúa animando las redes y los veranos futbolísticos. En tiempos de Eurocopa, una competición que ganó en la temporada más redonda de su inabarcable carrera, el exdelantero del Real Mallorca se niega a colgar las botas. Después de jugar en cuatro países y desfilar por más de una decena de equipos, el último máximo goleador español que ha tenido LaLiga ha decidido estirar un curso más su amistad con el balón al fichar por la UD Roteña, un equipo de la Primera Andaluza que en en los últimos días ha pasado a la primera fila del escaparate de la información deportiva.

Carne de memes por sus respuestas en algunas entrevistas o por sus imágenes haciendo acopio de cerveza durante el confinamiento de 2020, Güiza ha mantenido desde principios de siglo una estrecha e intima relación con el gol. Bien lo sabe el Mallorca, que tras darle cobijo en su filial se frotó las manos con su puntería y se llenó la tripa con sus números entre los años 2007 y 2008.

El andaluz fue el pichichi de la Primera División (27 goles) justo antes de que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo se turnaran para reventar y hacer añicos todos los registros previos. A la vez, se puso una Bota de Plata y recibió la llamada de Luis Aragonés para disputar la Eurocopa de Austria y Suiza, en la que facturó otros dos tantos de camino a un histórico título que abría las puertas del paraíso para la selección española. Güiza, que tras ese año de ensueño dejó en la caja de Son Moix un suculento y polémico traspaso, se marchó con el propio Aragonés al Fenerbahce turco para estrenar un pasaporte que también ha utilizado en Paraguay, con el Cerro Porteño, y en Malasia, con el Johor Darul Ta’zim.

Dani Güiza celebra un gol con el Real Mallorca.

En España, antes de su gran explosión había jugado en el Ciudad de Murcia, en el Recreativo, el Barça B o el Getafe, que es el último club que tuvo acceso a su dinamita en Primera División. Una de sus últimas grandes conquistas fue el ascenso a Segunda División que consiguió con el Cádiz en 2016. Un hito que llegó tras la enorme polvareda que había levantado unos meses antes su fichaje por el conjunto amarillo debido a su origen jerezano.

Desde entonces, Güiza ha convertido su provincia natal en un jardín privado, aunque fuera bajando escalones de manera progresiva. Compitió con el Atlético Sanluqueño en la extinta Segunda B y desde ahí allí daba el salto al CD Rota, a la UD Algaida y, ahora, a la UD Roteña. Pasan los años y el arquero con más flechas que ha pasado por Son Moix quiere seguir buscando el centro de la diana.