Al Mallorca, que ha ganado los cuatro amistosos que ha jugado desde su regreso a los entrenamientos a principios del mes pasado —Crewe Alexandra, Barnsley, West Bromwich Albion y Poblense— se le ha estropeado parte del plan que había trazado para este fin de semana, ya que en un principio había programado otro partido para esta tarde. Sin embargo, los problemas del Mirandés durante el mercado y la falta de efectivos en su plantilla terminaron forzando la suspensión del duelo que iba a jugarse en Anduva.
Para la cita matinal de este sábado Jagoba ha desplazado a 23 futbolistas entre los que faltan el lesionado Javi Llabrés y Cyle Larin. El canadiense se incoporó el jueves al trabajo después de participar con su país en la Copa América y seguirá un plan específico para ponerse cuanto antes al nivel de sus compañeros. En la expedición tampoco están Predrag Rajkovic y Gio González, a los que el club todavía no ha despedido de manera oficial pese a que su futuro está en el Al-Ittihad árabe, en el caso del portero serbio, y en el Krasnodar ruso, en el del defensor uruguayo. Los que sí se mantienen a las órdenes del técnico de Berriatua son los canteranos Jan Salas, David López y Marc Domènech. También viajan los fichajes: Mateu Morey y Asano.
El Mallorca vuelve a El Plantío, un escenario que visitó la temporada pasada en la Copa del Rey, para enfrentarse a un Burgos que encara un choque marcado en rojo en su calendario estival. Para los de Jon Pérez Bolo será el cuarto partido y el primero en el que podrá exponer el nuevo proyecto ante su público, además de un escaparate para las dos últimas incorporaciones, Íñigo Córdoba e Iván Morante.
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