Vedat Muriqi celebra su gol durante el partido. | CatI Cladera

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Jagoba vuelve a casa. Regresa al escenario de sus éxitos. Al jardín en el que consagró su carrera como técnico y del que salió como un héroe, con lágrimas en los ojos y el típico pañuelo rojo anudado al cuello en una despedida por todo lo alto hace apenas tres meses. El técnico de Berriatua dejó Pamplona después de seis temporadas notables y como el segundo entrenador más prolífico (256 encuentros dirigidos) en la historia rojilla.

Esta tarde regresa al salón de su casa como un ‘okupa’ en un curioso cruce de caminos en los banquillos. En el del Club Atlético Osasuna estará sentado Vicente Moreno, el hombre que impulsó al Real Mallorca desde la Segunda B a Primera en un tiempo récord. Y a los mandos del conjunto balear estará el preparador vizcaíno, que aparcará los sentimentalismos para intentar embolsarse los primeros puntos del curso a domicilio y para demostrar que las buenas sensaciones mostradas al mundo entero el pasado domingo en Son Moix ante el Real Madrid de los nuevos galácticos, con el estreno en la competición doméstica de Kylian Mbappe incluido, no fueron flor de un día. Jagoba quiere a Osasuna y Pamplona aún recuerda a Jagoba. Pero hoy, al menos desde las cinco hasta las siete de la tarde, la nostalgia quedará aparcada en algún rincón del vestuario.

Osasuna y Mallorca parecen cortados por el mismo patrón. Son dos clubes que se mueven en la clase media, que buscan la estabilidad en Primera División y a los que no se le conocen graves problemas económicos para inscribir futbolistas. El bloque de Jagoba subió el telón del campeonato con un punto de oro. Un empate con sabor a victoria frente a la plantilla más poderosa del continente. El equipo mostró verticalidad, atrevimiento, osadía, solidaridad... e incluso murió en terreno enemigo y con dos ocasiones postreras de Antonio Sánchez que hubieran significado un triunfo de órdago.

Arrasate no cambiará el manual y volverá a coger el mismo libro de estilo. Quiere a un equipo enchufado en campo rival, con la presión tras pérdida como primer precepto y la ambición de ganar. Especular nunca ha formado parte de su estilo de vida y con esos argumentos intentará encontrar grietas en un rival al que conoce a la perfección. Osasuna mostró dudas en su estreno ante el Leganés, que le generó demasiadas llegadas en el primer acto y que incluso se adelantó, de forma merecida, en el marcador. La salida al terreno de juego de Bryan Zaragoza, un jugón que se mueve como en el patio del colegio, alteró el destino. Es de esperar que Moreno apostará de inicio por el extremo cedido por el Bayern, un tipo al que no se le puede regalar ni un metro y del que estará pendiente Pablo Maffeo.

Con tres partidos en apenas una semana (el martes recibe en Son Moix al Sevilla y el próximo sábado visita al Leganés) Jagoba copiará el once que destapó el curso ante el Real Madrid, aunque quizás refresque las piernas en el encuentro inter semanal. Así, Dominik Greif se situará bajo los palos, con Maffeo, Valjent, Raíllo y Mojica en la línea de fondo. Omar Mascarell de hombre ancla, con Samú Costa y Darder en los interiores; Asano y Dani Rodríguez por las orillas con Vedat Muriqi (en el top-5 de máximos goleadores históricos del Mallorca en Primera con sus 28 tantos) como referencia ofensiva. En el banquillo aguardarán su oportunidad tipos como Morlanes, Antonio Sánchez o Larin que disputaron buenos minutos ante Madrid.

En el conjunto navarro, la amenaza también es conocida. Ante Budimir es uno de los delanteros top del campeonato. Un tipo que siempre crea peligro y al que Valjent y Raíllo deberán atar en corto. Aimar Oroz y el mencionado Bryan Zaragoza tratarán de percutir en una zaga más despoblada que en los dos años anteriores pero que quiere mantener su seriedad defensiva.