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El Barcelona llegó a Son Moix con la necesidad de ganar y decir adiós a la crisis que siempre supone para un grande sumar un solo punto de los últimos nueve. Los entrenadores acostumbran a no ver lo que parece obvio para casi todo el mundo y es habitual que adopten decisiones tan inesperadas como sorprendentes. Este martes, Hans-Dieter Flick sorprendió a todos dando descanso a Lewandowski y situando así como referencia ofensiva a Ferran Torres. Arrasate no quiso ser menos y sorprendió también a la parroquia al ofrecer la titularidad a Valery y Antonio Sánchez. El Barça goleó (1-5) al Mallorca en un duelo que los azulgranas decidieron en la segunda parte tras un primer tiempo igualado.

El Barcelona, de inicio, fue superior, pero solo pudo marcar gracias a un regalo de Mojica que aprovechó Ferran Torres. El Mallorca estaba contra las cuerdas y los azulgranas, este martes de verde, dispusieron de algunas oportunidades. Con el paso de los minutos, el equipo de Arrasate igualó el duelo, derrochando intensidad. Los azulgranas, como siempre, jugaban con la línea adelantada y el Mallorca caía con excesiva facilidad en el fuera de juego. Maffeo lo evitó en una oportunidad y sirvió un balón de oro que Muriqi solo tuvo que empujar para empatar el duelo.

La segunda parte fue otra historia. Raphinha, tras un riguroso penalti, puso en ventaja a los azulgranas en una jugada determinante. Los goles fueron cayendo y el rosario de cambios de unos y otros nada cambió. El triunfo del Barcelona es justo, aunque el resultado es excesivo.

Lo peor del partido fueron los errores groseros que pudieron verse y la actitud de Mojica y Samu Costa con algún compañero. El grupo ha sido en los últimos años la fortaleza del equipo. No puede resquebrajarse.