Los jugadores del Mallorca, este martes, tras uno de los goles del Barcelona en Son Moix. | CATI CLADERA

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Por primera vez en su historia, el Barcelona cerró la puerta del vestuario visitante de Son Moix con cinco goles en su equipaje. Jamás en su historia el conjunto azulgrana se había marchado de la Isla con una manita y el triunfo de ayer supera el 0-4 de 2002 y de 2020. Además, con la victoria, el equipo culé confirma que es el feudo del Mallorca es uno de los que mejores resultados les deja: sólo una derrota del Barça en sus 18 visitas con ocho triunfos en sus nueve últimos duelos.

Su balance, en los 20 encuentros disputados en Son Moix, es de 14 victorias, tres empates y tres derrotas, la última de ellas en la temporada 2008-09, cuando el Barça ya era campeón de Liga -lo fue en Palma tras el tropiezo del Real Madrid- y después de que le hiciera el pasillo el conjunto bermellón. Samuel Etoo adelantó a los azulgrana, Arango y Cleber Santana le dieron la vuelta al marcador. La derrota del Mallorca corta de cuajo la buena racha, sobre todo defensiva, del conjunto dirigido por Jagoba Arrasate, que encajó en solo noventa minutos los mismos goles (5), que en los ocho encuentros anteriores disputados en casa. En un solo partido la zaga mallorquinista vivió su noche más oscura, con errores groseros que le facilitaron en exceso el triunfo a un Barcelona que pisó el acelerador en el segundo tiempo.

En el aspecto ambiental, la entrada fue ligeramente inferior (22.352 espectadores por los 23.010 del estreno liguero ante el Real Madrid) y la hinchada rojilla bajó sus decibelios a medida que el Barcelona iba marcando goles. El penalti de Mojica en el minuto 56 supuso el punto de inflexión en un partido que se jugó desde entonces en un solo campo. La exhibición de Lamine, y los tantos de Raphinha, De Jong y Pau Victor, firmaron la mayor goleada del Barça en la Isla.