El delantero del Mallorca Vedat Muriqi (c) centra el balón junto a Marcos Alonso (i), del Celta, en el partido de la jornada 16 de LaLiga que Celta de Vigo y RCD Mallorca disputaron el pasado viernes en el estadio de Balaídos, en Vigo. | Salvador Sas

TW
3

Es un Mallorca bipolar. Un equipo capaz de enganchar una buena serie de victorias y de enlazar varias derrotas seguidas. El pasado viernes, en Balaídos, los de Jagoba Arrasate facturaron su segundo tropiezo consecutivo en apenas tres días para volver a repetir el pésimo inicio de noviembre. Entonces, el conjunto balear dobló la rodilla en Vitoria y en casa frente al Atlético de Madrid. En esta ocasión, para abrir el último mes del año, los bermellones han caído con las dos derrotas más abultadas. Hasta el momento, tanto las alegrías como las tristezas se habían producido por la mínima. Ahora, a la debacle sufrida en Son Moix frente al Barcelona el pasado martes (1-5) hay que sumarse la de anteayer en Vigo en un encuentro que se decidió en dos acciones puntuales.

Es cierto que el Mallorca estuvo metido en el partido hasta bien entrado el segundo acto y que en la primera parte llegó a probar los reflejos de Vicente Guaita. Pero también es verdad que la expulsión de Antonio Raíllo, por tocar el balón con la mano de forma clara cuando era última hombre, y el tanto de Iago Aspas -las dos desgracias con un intervalo de apenas cinco minutos- acabó por tumbar a la lona a un Mallorca que no encuentra la regularidad y que vuelve a mostrar su lado más oscuro.
A pesar de esa bipolaridad, el Mallorca alcanza las últimas curvas de la primera vuelta del campeonato con un botín notable. Sus 24 puntos suponen la mejor marca del equipo en los últimos tiempos en la máxima categoría. Supera en dos puntos la marca establecida por aquel Mallorca de Aguirre del curso 2022-23, cuando finalizó noveno con 50 puntos. En relación a la pasada campaña, el grupo balear suma nueve puntos más y un dato que denota la extraordinaria mejoría entre un año y otro afecta al número de victorias. La versión de Jagoba acumula ya siete triunfos por los ocho que sumó en toda la temporada anterior.
Antonio Raíllo fue uno de los protagonistas del encuentro. El capitán del Mallorca, que hasta el choque ante el Barcelona del pasado martes no había sido amonestado, vio la roja directa en una acción de VAR al cortar con la mano un avance de Douvikas cuando era el último hombre, en una acción muy protestada por todo el cuerpo técnico y el propio vestuario.
La expulsión le impedirá estar disponible de cara al compromiso del próximo sábado, en Son Moix a las 16.15 horas, ante el Girona. Es probable que con Copete lesionado, el preparador vasco vuelva a confiar en Var der Heyden para que forme pareja con Martin Valjent. El belga disputó sus primeros minutos en Balaídos, al igual que Javi Llabrés, que se incrustó como carrilero.