Dani García Lara, el héroe de la Supercopa de 1998: «Fue como ganar la Liga»
El exdelantero, autor de gol que le daba al Mallorca su primer título, recuerda la histórica final contra el Barcelona y todo lo que significó para el club balear
Dani besa la Supercopa conquistada por el Mallorca a comienzos de la temporada 1998-99. | Efe
Hablar de la Supercopa de la temporada 1998-99 es hacerlo también de Dani García Lara (Cerdanyola del Vallès, 1974). El delantero, que se estrenaba como jugador del Mallorca en un torneo que por entonces se disputaba entre dos equipos a ida y vuelta, marcaba en el Lluís Sitjar y repetía después en el partido decisivo del Camp Nou. Un tanto que vengaba lo sucedido meses antes antes en la final de la Copa del Rey de Mestalla y le daba al club balear el primer título de su historia. El exfutbolista, que ahora ejerce como analista en Radio Marca y Onda Madrid tras una breve y desagradable incursión en el mundo de la representación, recuerda para Ultima Hora lo que significó aquella gesta que los bermellones sueñan con reeditar esta semana en Arabia Saudí.
— ¿Cómo recuerda aquella Supercopa?
— Para nosotros fue algo totalmente inesperado. Veníamos un montón de jugadores nuevos y nos estábamos conociendo. Y al jugar la Supercopa contra el Barça y a doble partido nuestras expectativas eran pocas. Recuerdo que fue como si hubiésemos ganado la Liga. Para el Barça a lo mejor era un título insignificante pero para nosotros era el primero de la historia. Había mucha felicidad y mucha euforia. Y nos hizo estar muy unidos.
— Se le dio mucho valor a aquel triunfo.
— Se le dio el valor que había que darle, significaba mucho. Y más para un equipo en construcción que nadie sabía cómo iba a responder. Había venido Paunovic, Biagini, Arpón, Lauren, Siviero, Fernando Niño, el Chupa López... Había muy ambiente desde el principio y habíamos congeniado muy bien con la base del curso anterior. Ese título fue como un punto de partida en el que los primeros sorprendidos éramos nosotros. Y después vinieron otras muchas cosas.
— En su caso, además de una temporada muy especial, fue como llegar y besar el santo.
— Se acababa de marchar un tipo como Amato, que era un ídolo y tenía mucho carisma, y yo venía del Madrid, pero sin apenas jugar. A mí esa temporada me cambió la vida. Luego me permitió firmar por el Barça, firmar mi mejor contrato deportivo. Cambió todo radicalmente, fue muy especial. En aquel grupo había muchos jugadores con ganas de reivindicarse, que veníamos de equipos grandes pero sin haber tenido apenas oportunidades. Recuerdo que tras solo unos meses de temporada, Engonga, Marcelino y yo fuimos convocados por la selección. Teníamos a tres internacionales por España, era increíble, todo un reconocimiento. Estuvimos hasta el último partido luchando por todo. Fue la bomba.
— A usted le surgió la oportunidad de marcharse al fútbol inglés en el mercado de invierno.
— En diciembre me llamaron Héctor Cúper y Mateu Alemany y me comentaron que había una oferta del Arsenal, creo que de mil millones de pesetas. El club quería que me quedara, aunque entendían que era una oferta muy importante y querían que la conociera. El míster me pidió que siguiera, que jugaría y que seguro que luego valdría más. No me tuvo que convencer mucho, porque estaba muy a gusto. Igual fui un poco inconsciente, porque no pensé que me podía haber lesionado o que mi rendimiento podía decaer. Pero yo lo veía claro. Y el Mallorca me prometió que me reconocería ese esfuerzo al verano siguiente, claro.
— Han pasado muchos años, pero ¿cómo recuerda el gol decisivo del Camp Nou?
— Recuerdo que íbamos al partido de vuelta con una renta muy corta y que sabíamos que íbamos a sufrir. Decíamos: 'bueno, vamos a aguantar al principio, ya sabemos que esta gente sale fuerte y tenemos que estar juntitos'. Lo de siempre, vamos. Y esa era la consigna de Cúper, construir a partir de defender, sabiendo que alguna oportunidad tendríamos. Recuerdo también que en el Camp Nou había muy poquita gente, como que le daban poca importancia, como si fuera un partido de pretemporada. Hicimos un encuentro muy serio. Recuerdo el centro del Nanu Soler y mi remate. Delante tenía a Miquel Àngel Nadal. Hice un giro de cabeza en un remate más bien bajo en el que tuve que agacharme y que fue pegado a la cepa del poste. Tras ese gol dijimos: 'ojo, que ahora puede ser que ganemos'. Recuerdo la cara de los compañeros, que íbamos al mil por cien y los del Barça al cincuenta por ciento. Pero bueno, que no tenemos que quitarnos mérito. Hay que reconocer al que gana porque nadie te regala nada. Era el Barça y eran muy buenos. Ganamos porque éramos un equipo. Es la única forma de ganar a un grande. Hacer las cosas muy bien y que ellos no estén del todo finos.
— Y se ganó el título a doble partido...
— Sí que es verdad que en el Lluís Sitjar, donde el Mallorca tenía muy buen rendimiento, Cúper dejaba la hierba muy alta y era un poco más encerrona. Los equipos que venían sufrían y el estadio apretaba mucho. En casa contábamos con que podíamos dar la sorpresa, pero para mí lo gordo fue ganar en el Camp Nou. Era otro escenario muy diferente y mucho menos favorable. Otra cosa que recuerdo muchísimo fue el recibimiento que tuvimos en Palma, como si fuera una gran gesta. Y lo era, por supuesto.
— ¿Le guste este formato del torneo con el que se juega ahora?
A mí sí, pero hay que ver sí todo ese dinero que se gana al jugarse en Arabia repercute de manera directa en el fútbol español, en la base, en infraestructuras y demás. Si se monta esto para que se lucren los de siempre... El formato en sí me gusta y tiene un punto más moderno.
— ¿Cómo ve al Mallorca de Jagoba Arrasate? ¿Cree que tiene opciones en esta Supercopa?
— Es un equipo con el sello de su entrenador y ha rescatado algunas de las cosas buenas que tenía con Aguirre, aunque ha cambiado el sistema de juego. Pero al final, este equipo es un poco lo que éramos nosotros. El Mallorca tiene que crecer jugando en equipo y el problema que va a tener es que delante tendrá rivales tan buenos que por talento y con acciones individuales te pueden derrotar. Ellos no necesitan jugar bien y el Mallorca, en cambio, no tiene a futbolistas tan determinantes. ¿Opciones? Creo que hay pocas. Me encantaría decir que tiene muchas y que la gente dijera, 'joder, qué mallorquinista es Dani'. No es que sea menos mallorquinista, que lo soy mucho, pero soy realista y creo que las posibilidades son escasas por tener lo que tiene delante, no por otro motivo. A un solo partido sería diferente, pero al haber semifinal y final está todo más limitado. Igualmente, será una experiencia única para el club y hay que disfrutarla. Tendrán menos presión que el resto y eso también es bueno. Y conociendo a Jagoba. los jugadores van a darlo todo y saben que esto es una oportunidad única. Más desde lo emocional que de lo deportivo.
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No ganásteis ni liga ni copa. Os regalaron participar en ella. No la merecéis.