El Mallorca-Las Palmas de este domingo será un partido de ataques de nervios. Una prueba de confianza. Un ejercicio de fe para dos equipos metidos en un túnel que a su debilidad anímica le suman un déficit importante en ataque por distintas razones. En el caso de los de Son Moix, porque llevan siete partidos seguidos sin marcar un gol con la pelota en juego y en el de los canarios, porque viajan sin sus dos máximos artilleros que a su vez son los autores de la mitad de sus tantos.
Sigue afinando el Mallorca el trabajo en las áreas. Y si en la propia lucha por mantener la puerta cerrada de nuevo (ha estado a punto de conseguirlos dos veces en su estadio, pero lo impidieron en el descuento el bético Bakambu y el osasunista Boyomo), también lo hace en la ajena intentando apartar piedras del camino hacia la portería contraria. En ese sentido el equipo de Jagoba Arrasate ya dio un paso al frente el pasado lunes abriendo el grifo 51 días después con una diana de Muriqi desde el punto de penalti. Así también había marcado la última vez, el 21 de diciembre, aquel día por medio de Larin. Pero para ver un tanto del Mallorca en juego hay que irse todavía un poco más atrás y mirar al partido ante el Girona. En total, los bermellones suman siete encuentros (cinco de Liga más los de Copa del Rey y Supercopa de España) en los que sus conexiones no han sido suficientes.
Las Palmas, con ocho puntos menos que el Mallorca y mirando hacia abajo desde el cambio de año, ha sido más productiva en ataque que su rival de este fin de semana: 28 goles en 23 jornadas. Aun así, se desplaza sin los dos pesos pesados en esa categoría: Fabio Silva y Sandro Ramírez. El portugués (7 goles) sufría recientemente una microrotura muscular que le va a tener unas semanas fuera de combate y que mermará el potencial amarillo en Mallorca. Sandro (7 goles), por su parte, es baja por sanción debido a una acumulación de amonestaciones. A cambio, la Unión Deportiva recupera a Jaime Mata, protagonista en el partido de la primera vuelta por su pique con Muriqi que acabó en un libre indirecto decisivo que Johan Mojica transformó en el gol de la victoria bermellona.
«Necesitamos atacar muy bien y defender muy bien», explicaba este viernes Diego Martínez, técnico de Las Palmas. «El Mallorca un equipo que tiene jugadores muy fuertes a balón parado, de muy buen pie. Es un equipo muy completo y muy bien trabajado con talento individual. Ojalá el domingo tengamos esa capacidad de hacer gol, ser eficaces y recuperar nuestro nivel en las dos áreas, que es muy importante. A nivel de volumen de juego defensivo y ofensivo el equipo ha mejorado mucho en los últimos meses. En líneas generales defendimos muy bien el otro día, los errores tienen que ver con pequeños posicionamientos. Luego ya está el acierto del rival», añadía el preparador gallego, que como Arrasate espera que su equipo confirme este fin de semana la progresión que dibuja por momentos.
«Estoy descontento con el resultado, pero a nivel de volumen de juego hemos mejorado mucho», destaca. «Siempre el partido siguiente es el más importante. Necesitamos volver a sumar tres puntos, es lo que necesita el equipo. Los chicos están luchando a tope, pase lo que pase el domingo habrá que seguir remando y luchando. En estos momentos es donde hay que estar unidos y mirar a los ojos a la dificultad».
Para compensar la baja de sus dos máximos goleadores Diego Martínez podría apostar en Palma por el escocés McBurnie junto a Jaime Mata y Moleiro. En el Mallorca, todo apunta a que Vedat Muriqi (4 goles) seguirá en el once inicial, aunque está por ver si tendrá a su lado a Cyle Larin (5 goles) o si Arrasate prueba otra fórmula.
2 comentarios
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Como mucho habrá otro empate.
Pues nada. Otro empatito como el último partido y posiblemente a 0. Muy ilusos eran los aficionados mallorquinistas que esperaban conseguir 6 puntos en estos dos partidos. Arrasate es un buen entrenador (lo digo sin ironía). Sería injusto e inútil destituirlo y habrá que agradecerle que el equipo consiga la permanencia la ultima jornada gracias a los 30 puntos de la primera vuelta. El 3-0 de Pasaron supuso despertar de un bonito sueño para darse cuenta de la realidad.