El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, durante el entrenamiento que los jugadores españoles realizaron ayer. | Efe

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El delantero navarro del Athletic Club de Bilbao, una de las principales novedades en la convocatoria de 23 de Vicente del Bosque para el Mundial de Sudáfrica 2010, no había tenido aún la posibilidad de debutar en el torneo.
El seleccionador español había confiado la punta del ataque a los dos habituales, David Villa, el máximo goleador del equipo y uno de los principales artilleros del Mundial con cuatro dianas, y Fernando Torres, la referencia mediática en Sudáfrica.
Entre los dos se habían repartido la punta, ya sea en solitario o juntos. Llorente recibió como un premio a su gran trabajo durante toda la temporada la llamada de Del Bosque. Sabía que lo iba a tener difícil, y más tras el tropiezo contra Suiza en el debut.
Esperó con paciencia, como otros que apenas tienen opciones de jugar a la vista de los equipos que alinea el técnico salmantino. Trabajó como el que más en estos días. Absorbiendo todo y disfrutando del momento, a la vez que esperando su oportunidad.
Le llegó a los 58 minutos. Con 0-0 en el marcador, Del Bosque consideró que Torres había hecho mucho desgaste y necesitaba un hombre fresco para la punta. Y llamó a Llorente, este 'gigante' pamplonés de 1,95 metros de estatura.
El delantero del Athletic, curtido bajo la tutela de Joaquín Caparrós, cumplió con creces la labor encomendada y colaboró con un magnífico trabajo a la victoria de España.
Se fajó con toda la zaga portuguesa, con Ricardo Carvalho, Bruno Alves, el que fuera. Saltó, presionó, bajó el balón, sirvió a sus compañeros. Hasta le rompieron la camiseta en un agarrón y tuvo que cambiársela a toda velocidad. Hizo un daño tremendo a sus rivales.
Nada más entrar dispuso de una gran ocasión, pero su remate en plancha fue muy centrado y lo desvió Eduardo. Para su fortuna poco después, hizo una pantalla en una jugada entre Andrés Iniesta y Xavi Hernández que acabó en el gol de Villa. Luego tuvo una más.
No marcó. Para un delantero sería algo muy negativo. Pero en su caso recibió el reconocimiento unánime de una gran actuación en los 32 minutos que estuvo en el campo. Y encima España ganó a Portugal y se metió en los cuartos de final.
Fernando Llorente, que estuvo sin ser convocado para la selección nacional desde la disputa de la Copa de las Confederaciones, no perdió la fe y encontró su premio en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo.
Fue una jornada, por lo tanto, completa para el fornido delantero navarro. Un momento para su historia personal, como el día de su debut como internacional absoluto contra Chile en Villarreal el 19 de noviembre de 2008. Si cabe este más trascendental. Para él y para la selección, que agradeció su irrupción en un momento clave para el sueño de gloria del equipo.