La salida en tromba de Djokovic hacía prever un partido muy exigente para Nadal. Y lo fue en la primera manga. No en vano el serbio se apuntó sus dos primeros servicios en blanco y dispuso de opciones de break en el primer saque del balear, pero cuando el número uno se asentó en la pista cambió la decoración. El mallorquín logró el break en el quinto juego sin poder consolidarlo (3-3) y a partir de ahí tuvo oportunidades de ruptura en todos los saques de su rival, a excepción del noveno juego. Curiosamente el juego posterior a que 'Nole' se marchara al vestuario para solucionar los problemas con su lentilla y que se saldó con un servicio en blanco para él. Nadal se apuntó el suyo y con 5-5 y 15-40, una doble falta del jugador de Belgrado le dio una ventaja decisiva al mallorquín (6-5 y saque).
Djokovic llegó a disponer de tres opciones de break para forzar la muerte súbita, pero primero la red y después dos derechas cruzadas del número uno del mundo echaron por tierra las esperanzas del serbio. Con un buen segundo servicio, Nadal cerró el primer set tras una hora y 15 minutos asestando un golpe de dimensiones considerables.
Y es que el golpe moral al serbio hizo el camino cuesta abajo para el manacorí, que a lo largo de su carrera ha ganado 413 de los 434 partidos que ha comenzado por delante en el marcador (92%). Djokovic seguía toqueteándose el ojo para intentar acomodar su lentilla mientras Nadal repasaba su catalogo de golpes en la penumbra. Para cuando el de Belgrado quiso entrar de nuevo en el cuerpo a cuerpo, el mallorquín le había roto dos veces el servicio y había blindado el suyo (4-0). Ahora sí que era verdad que Djokovic no lo veía nada claro.
El serbio celebró su primer juego en la segunda manga como si de una victoria se tratara (4-1), porque había encajado seis juegos de forma consecutiva. Con viento a favor, Nadal no bajó el listón y mantuvo a raya los ataques a la desesperada de su rival. Selló su segundo triunfo en el O2 Arena con un servicio que provocó el error de Djokovic (6-2 en 36 minutos).
La victoria permite al número uno del mundo liderar el grupo A y mantener sus opciones de alcanzar el premio máximo de las Finales ATP, que consiste en 1.500 puntos ATP y un premio de 1,2 millones de euros para un campeón invicto. Solo el mallorquín y Federer optan todavía al codiciado botín, puesto que son los dos únicos jugadores imbatidos que siguen en liza.
En cualquier caso, Nadal se las verá mañana con Tomas Berdych en un duelo trascendente para ambos. El checo reactivó sus opciones de lograr la clasificación para las semifinales al superar en dos sets al estadounidense Andy Roddick y se las jugará precisamente ante el balear, que necesitará al menos un set para acceder a la siguiente fase. Djokovic tendrá que ganar a Roddick para intentar amarrar la segunda posición y para ello contará con la ventaja de que su adversario, con dos derrotas en su casillero, es consciente de que el de mañana será su último compromiso de la temporada.
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