Si en aquel entonces Nadal venció al argentino tras levantar cinco bolas de partido en los octavos de final del torneo californiano, hoy tuvo la paciencia y resistencia necesarias para dar la vuelta a un partido ante un rival con un potente saque y una motivación por las nubes.
El español se medirá mañana al suizo Roger Federer.
El mallorquín alcanza así su séptima semifinal en Indian Wells en siete años y deja el registro frente a Nalbandian en cuatro victorias (las cuatro seguidas) y dos derrotas. Al partido de hoy llegaba el español sin haber cedido un solo set en el torneo y habiendo perdido 14 juegos.
Ambos tenistas ofrecieron un primer set durísimo y tremendamente igualado. Juego a juego, centímetro a centímetro, defendieron su servicio sin grandes dificultades, ofreciendo unos golpes agresivos desde el fondo de la pista y exigiendo a su rival mucha movilidad en los desplazamientos.
Nalbandian, espléndido físicamente por entonces, hizo de su revés su golpe más efectivo y así sorprendió a su rival para, con 5-4 a su favor, romperle el saque y anotarse el primer set con una potente derecha dirigida a la esquina izquierda de Nadal.
Con el público de la pista central de Indian Wells a su favor y con 30 grados cayendo sobre el desierto californiano, el argentino dispuso de dos nuevas bolas de "break" tras el 1-0 inicial que fueron salvadas por el manacorense con gran determinación.
Sin embargo, el potente saque del argentino le sirvió como guía a lo largo de la segunda manga, en la que negaba a Nadal cualquier posibilidad de romperle el saque para igualar el choque.
El balear sufría con el revés y no terminaba de estar cómodo en la pista, pero se aferraba con uñas y dientes a su saque (4-4).
El de Córdoba no aminoraba. Se adjudicó el quinto juego en blanco y restaba para ganar el duelo, algo que impidió Nadal no sin cierto grado de dificultad y que dio pie a una bola de rotura de saque con 5-5 que se llevó el español.
Fue el momento de inflexión del partido. El español no dudó y se llevó el siguiente juego -y el set de paso- sin miramientos. Se abría un nuevo envite con la duda del estado físico de Nalbandian, y no empezó de la mejor manera para éste.
El número dos del mundo inauguró el tercer set con un nuevo "break" y afianzó su servicio (2-0, 3-1, 4-2) hasta que ejecutó otra rotura de saque -con juego en blanco- ante un Nalbandian que siguió luchando hasta la extenuación.
Se apuntó dos juegos seguidos y tuvo dos bolas de "break" con 5-4, pero finalmente hincó la rodilla justo después de lanzar la raqueta al suelo e inmediatamente antes de dar patadas a su silla en señal de frustración.
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