«No puedes cambiar tu juego por completo al llegar aquí: eres bueno haciendo lo que sabes hacer», destacó en la rueda de prensa previa al torneo.
Nadal admitió que, incapaz de servir «bombas», una de sus mejores armas sobre hierba es la solvencia y la regularidad en saques «con una velocidad suficiente».
Nadal llega a Wimbledon para tratar de resarcirse de la derrota el pasado año ante el serbio Novak Djokovic, que le arrebató en Londres tanto la ensaladera de campeón como el número uno en el ránking de la ATP.
En esta ocasión, el mallorquín se presenta en Wimbledon con la moral intacta después de haber logrado su séptimo Roland Garros en París y tras haber invertido la tendencia a perder frente al serbio que se alargó durante todo 2011.
Esta temporada, tras caer en Australia en una apretada final, Nadal le ha ganado a Djokovic en las tres siguientes ocasiones en las que se han enfrentado, todas sobre tierra batida y la última de ellas en la final de París.
«Estoy muy feliz por cómo han ido las cosas en los últimos dos meses, pero ahora mismo no puedo pensar en ganar un tercer título aquí en Wimbledon. Solo pienso en el entrenamiento de mañana y en preparar mi juego para llegar en las mejores condiciones al primer partido (contra el brasileño Thomaz Bellucci)», apuntó el español, ganador en Wimbledon en 2008 y 2010.
Para tomarle la medida al serbio, que en 2011 le doblegó en todas las superficies, Nadal apuntó una única receta: «Hacer lo mismo que durante toda mi carrera, intentar seguir mejorando. Las cosas no caen del cielo, sino que llegan gracias al trabajo, la repetición y la reflexión».
Además del serbio, Nadal señaló al suizo Roger Federer, número tres del mundo, como uno de los rivales a tener en cuenta en el campeonato, así como a su compatriota David Ferrer, que hoy logró en Hertogenbosch (Holanda) el segundo título sobre hierba de su carrera.
El torneo londinense es la primera cita de un verano con una agenda más apretada de lo habitual debido a los Juegos Olímpicos, que se disputarán en la capital británica del 27 de julio al 12 de agosto y que el español, tras algunas dudas, admitió que son incluso «más importantes» que Wimbledon.
El número dos del mundo y medalla de oro en Pekín 2008 subrayó las buenas sensaciones que ha tenido durante 2012 y su intención de llegar a la cita olímpica al máximo nivel posible.
«Pekín fue una de las mejores experiencias que he vivido como tenista, fue fantástico estar junto a deportistas que no participan en disciplinas tan populares como el tenis, el fútbol o el baloncesto, que compiten tan solo por la pasión del deporte. Eso es algo fantástico para nosotros, que lo tenemos casi todo, ir allí y disfrutar ese espíritu», explicó Nadal.
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