El español derrotó al polaco por 7-5, 6-3 en una hora y 43 minutos.
Fue la victoria número 70 esta temporada de Nadal, que accede a cuartos de final con un mejoría de su juego con respecto al partido contra su compatriota Marcel Granollers.
El mallorquín, que acudió al torneo parisiense por primera vez desde 2009 y tras haber pasado unos días de reposo en su tierra, agradece en este final de temporada el aire tomado para afrontar los dos torneo que restan, ambos bajo techo y ambos ausentes por el momento de su palmarés.
El español, en fase de proteger su número uno del acoso del serbio Novak Djokovic, también clasificado para cuartos, persigue añadir Bercy a su palmarés y sumar su sexto Masters 1.000 esta temporada, algo que nadie ha logrado hasta el momento.
Será la undécima vez que Nadal se mida a Gasquet, su compañero de generación, sin que el francés haya conseguido hasta el momento vencer nunca al español.
Esta misma temporada, Nadal acabó con su compañero de quinta en semifinales del Abierto de Estados Unidos. En los once duelos disputados, Gasquet no ha conseguido más que cuatro sets.
Los dos jugadores, de la misma edad, fueron considerados desde sus inicios niños prodigios del tenis, pero a o largo de los años el español ha amasado títulos, hasta completar uno de las más brillantes palmarés de la historia, mientras que el galo ha encadenado las decepciones.
Décimo del mundo a día de hoy, Gasquet culmina una de las temporadas más completas de su carrera y, como premio, acudirá la semana próxima por segunda vez en su vida al torneo de Maestros de Londres.
Para meterse en cuartos, Nadal debió deshacerse de la potencia de Janowicz, que durante un tiempo recordó al hombre que el año pasado alcanzó la final en Bercy, a base de potentes servicios que desarbolaron a sus rivales.
Nadal aplicó el método de la paciencia ante un rival que multiplicó los saques por encima de los 230 kilómetros por hora. Mientras el público se divertía con los cañonazos de Janowicz, mirando más el velocímetro que el juego, el mallorquín esperaba que la pólvora se acabara.
Tardó once juegos, en los que hubo un festival de saques, récord de 234 por hora, un juego completo con cuatro puntos directos y toda la parafernalia de sus fuegos de artificio.
Frente a la potencia del polaco, el español fue paciente. En el undécimo juego, un bache en la eficacia del servicio de Janowicz abrió la puerta a romper su saque. Nadal no desperdició la oportunidad y, con esa ventaja, se adjudicó la primera manga.
Subido en la ola de su éxito, comenzó el segundo set arrebatando el saque del polaco, pero el joven jugador polaco, de 22 años, no quería ser un mero figurante y reaccionó, arrebatando por primera vez en todo el torneo el servicio del número uno del mundo.
Nadal mantuvo alta la presión y en el quinto volvió a arrebatar el saque a su rival. Pese a que el polaco dispuso todavía de cuatro oportunidades de quebrarle, la sangre fría del español fue definitiva.
Logró mantener su servicio hasta el final del encuentro, para meterse en cuartos.
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