Nadal se enfrentará en cuartos al canadiense Milos Raonic (n.12), que eliminó en estos octavos al alemán Benjamin Becker por 6-3 y 6-4.
El partido mostró la peor versión del italiano, capaz de lo mejor, pero también de cometer diez errores no forzados en los tres primeros juegos que dejaron en bandeja a Nadal una ventaja que ante el mallorquín es prácticamente imposible de recuperar.
Para empezar, le rompió el servicio sin pestañear, en apenas un minuto, y después le endosó un juego en blanco con su saque, para volver a repetir «break».
Mientras el italiano daba muestras de su irregularidad y escasa cabeza fría, el español ofrecía una imagen totalmente opuesta, serio, concentrado y con un plan ideado para aprovechar las debilidades de su rival, ya desesperado en el cuarto juego.
El español desplegó un amplio repertorio de golpes, alternando bolas profundas con otras cortas para evitar que el italiano entrase en la zona de confort y sacase todo el talento que atesora, que es mucho, tal y como ha demostrado en este inicio de temporada, en la que ha llegado a octavos en el Abierto de Australia, fue finalista en Buenos Aires y ganó en Viña del Mar.
El partido, que tuvo que ser retrasado unos minutos por la aparición de un paquete sospechoso en la puerta principal del Centro de Tenis de Crandon Park, que obligó a la policía a acordonar la zona hasta que comprobó su contenido, lo tenía todo para que fuese otro paseo para Nadal, que ya liquidó sus dos partidos previos en Miami en apenas una hora.
Y es que a pesar de poner en juego apenas el 69 % de sus primeros servicios, Nadal ganó en blanco sus cuatro juegos del primer set. Y así no hay forma de tener la más mínima opción de sorprender, y no lo hizo. Acabó 6-2.
Nadal, que ya había ganado los tres enfrentamientos previos con Fognini, aunque en el último de ellos, en octubre pasado en Pekín, pasó por apuros, iba a lo suyo, a dar un paso más para ganar su primer título en Miami, mientras el italiano comenzaba su particular «show» de gestos, miradas y palabras a la grada y mucha desesperación.
Y es que el número 14 de la ATP, que este martes eliminó al también español Roberto Bautista Agut (4-6, 6-3 y 6-3), no estaba en el partido, Nadal le sacó en los dos primeros juegos de cada set, sellados con sendos «breaks».
Nadal es difícil de batir cuando tiene que remar contra la corriente, pero si lleva la iniciativa en el marcador es prácticamente imbatible, y el italiano no pudo o no vio cómo hacerlo.
El guión del segundo set apenas varió, tras la rotura inicial, Nadal volvió a poner tierra de por medio (4-1) ante un italiano que continuamente se encontraba entre la espada que suponía el español y la red.
Tras estas tres cómodas victorias en Miami (Hewitt, Istomin y Fognini) todo apunta a que la espalda del mallorquín está en perfecto estado y que aspira a todo en Miami y en la temporada europea de torneos de tierra que está por llegar. Parece que hay número uno para rato.
1 comentario
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Dire a tu equipo merengón que no haga más el ridículo.