Cuatro victorias en otros tantos encuentros era el bagaje de Rafa Nadal antes de afrontar su quinto compromiso frente a John Isner, un rival incómodo por su envergadura (mide 2,08 metros) y su potente servicio.
En el primer set, incapaz de contrarrestar el saque del estadounidense, ambicioso también con su derecha y en la red, Rafa Nadal debió conformarse con mantener el suyo hasta el desempate.
Un guión conocido, ya que en el Masters 1.000 de Cincinatti del año 2013 el balear le arrebató el título al estadounidense tras derrotarle en dos mangas, por 7-6 (6) y 7-6 (3), en la final.
Pudo esta vez Isner tomar ventaja al disponer de dos pelotas de set, pero Rafa Nadal no solo neutralizó un 4-6 adverso sino que sumó cuatro puntos de manera consecutiva para adjudicarse la primera manga, por 7-6 (6), tras un largo intercambio que anunció una nueva dinámica cumplidos los primeros 57 minutos de partido.
El porcentaje de puntos ganados por el tenista de Carolina del Norte con el primer servicio cayó del 84 al 61 por ciento al tiempo que el exnúmero uno del mundo ejercía un mayor dominio desde el fondo de la pista.
En la búsqueda de su noveno título en Montecarlo, donde triunfó de manera ininterrumpida entre 2005 y 2012, Rafa Nadal dispuso de sus primeras tres opciones de rotura en el octavo juego de la segunda manga, cuando construyó una ventaja de 0-40 que Isner neutralizó con cuatro puntos ganadores y un error del mallorquín.
De ver próximo el 5-3 pasó el tercer cabeza de serie a ceder por vez primera en el partido su servicio y, con 4-5, entregó al estadounidense la oportunidad de sacar para cerrar el set. Un triunfo parcial que Isner certificó con un saque directo.
Nadal exhibió su fragilidad únicamente en las situaciones ventajosas: en disposición de construir un 2-0 en el inicio de la tercera manga, el de Manacor permitió a Isner anular un 0-30.
Corrigió entonces sus dudas el español y golpeó el aire con el puño izquierdo tras quebrar por primera vez el saque de su oponente (3-1). Una rotura que Nadal consolidó con un juego en blanco poco antes de firmar su victoria número 52 sobre la arcilla monegasca tras dos horas y veinte minutos de batalla.
Su próximo rival será el alicantino David Ferrer, quinto cabeza de serie, tras sumar una trabajada victoria sobre el francés Gilles Simon, al que doblegó por 6-2, 6-7 (3) y 6-1 en dos horas y media de juego.
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