Nadal estrenó el curso hace dos semanas en Melbourne, sin rodaje y cuatro meses después de su retirada en Nueva York por culpa de las rodillas. Una vez más, el balear demostró que no pierde el tiempo cuando está fuera de las pistas y, con una operación de tobillo en noviembre, preparó a conciencia su retorno. Más si cabe tratándose del 'Grand Slam' y de una cuenta que marca la historia.
Con un año duro por las lesiones aún coleando, con la retirada casi sucesiva en más de una docena de torneos sobre pista dura, Nadal ha despejado la incógnita con pura efervescencia. Todo victorias por la vía rápida, poderoso, dominante y protegido con un saque renovado y sobre todo eficaz, que solo cedió en primera ronda. El balear tiene cuentas pendientes que quiere saldar con Australia.
Después de llegar y besar el santo en 2009, Nadal perdió las finales de 2012, la más larga de la historia del 'GS' y contra 'Nole', 2014 -mermado por su espalda ante Wawrinka- y la de 2017 en el duelo de renacidos ante Federer. Es el 'grande' que más se le resiste al español, donde también acumula abandonos y luchas extremas en lo físico. El Nadal de las últimas dos semanas es el de los últimos dos años -11 títulos-, haciendo pequeño a cada rival, incluida la sensación Stefanos Tsitsipas en semifinales.
Djokovic eleva ahora y mucho la exigencia. El serbio, que aspira a un récord de siete conquistas en el Abierto australiano, no ha sido tan espectacular como el español, ni tuvo un inicio de año destacable. Sin embargo, el de Belgrado busca su tercer 'grande' seguido en el renacer de 2018 que confirmó en Wimbledon, donde ganó en semifinales al propio Nadal, y después Nueva York. Así, de una tacada, pasó a tutear a Pete Sampras, con 14 'GS'.
Su búsqueda emocional y casi espiritual parece completa, dispuesta a asolar la ATP como hiciera en 2011 o 2015. Tanto Nadal como Djokovic han sabido volver de las tinieblas, de lesiones físicas y mentales, para recobrar en lo más alto la mayor rivalidad de la Era Open. El 53º capítulo entre ambos tendrá una lectura clara: Federer no puede estar tranquilo. De esos partidos, 27-25 domina el serbio; siete fueron finales de 'Grand Slam', 4-3 para el español, y los últimos siete en pista dura los ganó el serbio.
Nadal, que de ganar tendría al menos dos veces cada 'grande' -el único en lograrlo en la Era Open y solo Rod Laver y Roy Emerson antes-, busca su 18º 'grande' y acercarse más que nunca al récord de Federer (20), sin olvidar que la siguiente cita será Roland Garros... Ganar una década después en Australia para curar heridas e impedir que el número uno, Djokovic, siga lanzado.
6 comentarios
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Bueno, no pudo ser. Nos vemos en la tierra batida. Realmente tanto uno como otro llegaron muy cómodos a la final. Hay que aceptar la superioridad del serbio en pistas duras; pienso además que le tiene comido el coco a Rafa. Me producen nauseas los tipejos que menosprecian a Rafa por motivos de orientación política o deportiva.
Yo creo que Nadal pasa de revanchas, lo tiene superado
Uf!! Petrovic,te van a coser a rojos
Animo Djokovic. Eres mucho mejor tenista elegante técnica golpes gana a este pasábolas de Nadal que construye negocios hasta en su pueblo en vez de centros para personas en exclusión social .
¡Vámos Rafa! A ver si ganas y ya te digo que aunque no lo consigas estaremos siempre contigo. Aunque me molesta más perder con el serbio que con el SUIZO.
Forza Nadal, eres y seras un campeon