Un calendario comprimido e intenso ha afectado de lleno al segundo Grand Slam del curso. La cita de referencia en el calendario del tierra batida y que marca en rojo Nadal cada temporada. Roland Garros altera ostensiblemente su hoja de ruta. La conquista del que haría trece en la colección de triunfos del tenista de Manacor en la cita parisina se retrasa hasta el final del verano, y lo hará para encadenarse en el tiempo con la última de las cuatro grandes paradas del Grand Slam.
Y es que Roland Garros y US Open estarán en este 2020 separados por apenas una semana entre ambos, lo que hará más exigente ese tramo de competición para los jugadores. Y, especialmente, para un Rafael Nadal que defiende los títulos en ambas citas.
Nada menos que 4.000 puntos en poco más de un mes pondrá en juego el actual número dos del mundo (9.850 puntos en el ránking ATP). Por un lado, del 31 de agosto al 13 de septiembre (si el calendario no da otro giro), tendrá un duro test en Nueva York, donde el pasado año volvió a reinar por cuarta vez en su carrera (2010, 2013, 2017 y 2019). Allí defenderá los 2.000 puntos que conceden el título, y sin apenas tiempo para recuperar y regresar a Europa, deberá afronta la cita con la Copa de los Mosqueteros.
Del 20 de septiembre al 4 de octubre, París centrará la actividad con un Roland Garros fuera de sus fechas habituales, pero en el que el mallorquín tendrá la oportunidad de sumar la victoria que haría trece en un extenso e irrepetible palmarés en el Grand Slam sobre tierra batida, en el que también defenderá los 2.000 puntos consecuencia de su victoria en 2019.
Serán en total 35 días de vértigo, siempre y cuando Nadal no opte por dosificar y focalizar sus miras únicamente en uno de los dos torneos, los Grans Slams en los que mejor de desenvuelve y en los que intentará alcanzar o superar incluso la veintena de 'grandes' en su palmarés.
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