Rafael Nadal, preparando un bizcocho en su casa.

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Rafael Nadal cambió la raqueta por la batidora y las pistas del Abierto de Montecarlo, donde tenía que estar compitiendo, por la cocina y los ingredientes de un bizcocho al que se enfrentó con voluntad pero con pocas habilidades, hasta el punto de que el popular cocinero José Andrés se ofreció a darle clases de cocina a cambio de otras de tenis.

«Estoy desbordado con el trabajo en casa», reconoció el tenista mallorquín en un vídeo publicado en sus redes sociales mientras comenzaba a preparar un bizcocho en el que debía haberle ayudado su madre, que «en teoría» iba a ejercer «de pinche», según contó, pero que finalmente le dejó solo para no asumir el resultado, contó entre risas el balear.

Mucho más hábil con la raqueta, el número 2 del mundo agarró «del revés» el batidor eléctrico para los huevos, error que le hizo notar José Andrés, cocinero español afincado en Estados Unidos que se ha llevado la portada de abril de la revista Times por su labor humanitaria durante esta pandemia con su ONG World Central Kitchen, que opera en varios países, incluida España.

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«La raqueta la coges de maravilla, pero el batidor lo tienes agarrado por el revés. Te doy clases de cocina a cambio de clase de tenis», le ofreció en Twitter.

Aunque con cara de cansancio, Nadal se enfrentó con ánimo y sentido del humor al reto de elaborar el bizcocho, prometiendo ofrecer fotografías del resultado y animando a sus seguidores a cocinar en estos días de confinamiento por el coronavirus.

«Más fácil sería estar en el torneo de Montecarlo (que tocaba esta semana) entrenando 3 horas de tenis. Pero por ahora es lo que toca y con buena cara», reconoció Nadal.