«Pero lo voy a intentar de la única manera que se puede: dejando todo cada día, con aptitud y predisposición a aceptar los retos que se puedan ir presentando y superarlos, sabiendo que las condiciones no son ideales. Lo que no puedo fallar es en mi actitud», afirmó.
El español, que persigue igualar a 20 títulos de Grand Slam con el suizo Roger Federer, puso al frente de las adversidades el clima, frío y lluvioso, pero también la bola, que los organizadores han cambiado por una más pesada que, a su juicio, pondrá a prueba los hombros y codos de los tenistas.
«Estamos a 9 grados, para jugar un torneo en exterior estamos al límite. Además, está lloviendo cada día, las bolas son diferentes..., pero solo me queda adaptarme a todo eso», señaló. «Tengo que ir construyendo cada día unas mejoras que me lleven a hacer un buen torneo. Si no estuviera aquí para intentar asumir el reto de aspirar a lo máximo no habría venido. Tengo la ilusión para competir otro Roland Garros al cien por cien. Las condiciones no son ideales y la preparación podía haber sido mejor. Pero hay que convivir con las situaciones que se van presentando. No voy a aumentar los problemas que presenta ya la situación, voy a intentar minimizarlos con trabajo», afirmó.
Aunque lo más adverso que encuentra el español es el mal tiempo, lo que más echará de menos es «el clima de alegría», pero «no solo en el tenis, también en la vida en general».
«Vamos a echar de menos unas condiciones razonables para un torneo de tierra y también un clima de fiesta, gente, público, algo que no tenemos a día de hoy y que confiemos en que podamos disfrutarlo pronto, aunque la situación no va por el camino adecuado», aseguró.
Sobre la bola, Nadal se mostró convencido de que se cambiará en futuras ediciones, porque «la salud de los tenistas es importante» y a su juicio es demasiado pesada. «Es como una piedra», describió el español, que la probó en condiciones de calor en Mallorca y que con el frío empeora. «Para algunos es más favorable, para otros menos. Quien se adapte mejor tendrá más opciones de éxito», agregó.
Nadal descartó «cambios drásticos» en su forma de juego, aunque trabajará para adaptarse a las condiciones actuales, se mostró satisfecho con los dos primeros entrenamientos que lleva en París, donde llegó el pasado miércoles, y aseguró que seguirá buscando mejoras para su debut el lunes ante el bielorruso Egor Gerasimov, 80 del ránking a sus 27 años.
«Yo estoy haciendo las cosas de la mejor manera que sé para darme esas opciones. Veremos lo que sucede», terminó el español, antes de ponerse una mascarilla y tomar una chaqueta del respaldo de la silla, dos gestos nuevos en su camino a por una nueva Copa de Mosqueteros.
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Pues ya sabes lo que te toca, déjate de excusas y . . . arreando que es gerundio.