El de Hamburgo superó ese primer momento delicado y supo controlar los intensos peloteos. Atacó el revés de Alcaraz para tratar de alejarse de la derecha del español y este no encontró el ritmo con su mejor golpe, cometiendo demasiados errores no forzados que facilitaron la tarea a Zverev (16 en el primer set). Además, el pupilo de Juan Carlos Ferrero no encontró tampoco mucho auxilio en su potente servicio. No conectó muchos 'primeros' y eso le lastró también, sobre todo en el quinto juego donde cedió su saque, una desventaja que no pudo recuperar porque el número tres del mundo, tras aquellos problemas al inicio, sólo concedió dos puntos más con su servicio.
El segundo parcial no trajo el atisbo de reacción esperado, principalmente porque Zverev continuó sin ofrecer demasiados resquicios. Sí mejoró algo Alcaraz, que consiguió empezar a sumar más 'winners', sobre todo para sacar adelante sus saques. Pero la sensación era que el control del duelo seguía siendo de su rival, más asentado y tranquilo por la ventaja en el marcador, y que no desaprovechó la vuelta de los errores del murciano para romper de nuevo y coger una ventaja que tampoco pudo enjugar el de El Palmar, pese a que sacó su calidad para tener una opción de rotura e igualar a cinco, pero volvió a no estar fino. La semifinal se encareció para un Alcaraz que necesitaba no sólo mejorar de forma casi sobresaliente, lo que empezaba por frenar la sangría de errores no forzados (32), sino que Zverev 'ayudase' aflojando algo, sobre todo con su servicio y con su revés a dos manos. Y lo hizo, Alcaraz levantó a la 'Philippe-Chatrier' con golpes sensacionales, algunas dejadas para el recuerdo y la frustración de su oponente, que no podía creer lo que estaba ocurriendo.
El español aprovechó las dudas de su rival en el décimo juego para romper el saque y cerrar con un 6-4 que abría el partido de nuevo. En el cuarto, a la postre definitivo, pudo pasar absolutamente de todo. Alcaraz, sexto favorito en Francia, fue de más a menos -sobre todo por la fortaleza de Zverev con el revés- manteniendo el nivel de exhibiciones ofrecidas en este mismo Roland Garros. Cuestión de milímetros en algunos golpes y una confianza inusitada del alemán llevaron el encuentro el 'tie break'. Alcaraz murió con todo pero no pudo impedir la derrota en cuartos de final. A Zverev no le tembló el pulso y a la segunda opción de 'match point' apretó los puños al cielo de París, consciente de la dificultad de su victoria. Su próximo rival en semifinales saldrá del emparejamiento Novak Djokovic-Rafael Nadal.
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