Imagen de Rafa Nadal durante la final. | MARTIN DIVISEK

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La hegemonía de Rafael Nadal en Roland Garros y en los Grand Slam va camino de convertirse en eterna. Sus catorce títulos sobre la tierra de París y sus 22 grandes elevan el particular récord del mallorquín hasta límites casi imposibles de alcanzar en el medio o el largo plazo. El dominio ejercido en París sigue disparando su gobierno sobre la tierra y le permite distanciarse de sus rivales directos en la carrera por las coronas de las cuatro grandes capitales del planeta tenis. Su talento, su mentalidad y su pasión son claves en el imperio de su ley, que queda al descubierto a partir de los números.

Después de quedarse solo en el ático de la clasificación de los grandes en Australia, Nadal ha puesto tierra de por medio con sus dos adversarios más cercanos. Los 22 le colocan con dos de ventaja sobre Roger Federer y Novak Djokovic. El primero parece prácticamente descartado de mantenerse en la puja después de que los problemas físicos con 40 años le tengan desde hace meses en el dique seco y con perspectivas poco optimistas sobre su regreso. La amenaza permanente es el serbio, que tendrá sus opciones en Wimbledon y el US Open y también en el futuro, aunque el presente también ha incluido aspirantes capaces de discutirles su condición de máximos favoritos tanto este mismo año como en los venideros. Medvedev, Tsitsipas, Zverev o Alcaraz han lanzado avisos y tienen potencial para asumir el relevo del Big 3, pero verán aún muy lejos el listón que sigue elevando el mallorquín en la ATP, ya que en el circuito femenino ganaron más majors Margaret Court (24) y Serena Williams (23).

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Nadie domina un major como lo hace Nadal en el segundo del año. Djokovic tiene nueve Abiertos de Australia y Federer ocho trofeos de Wimbledon, pero sólo en las vitrinas del mallorquín se pueden contemplar 14 éxitos en Roland Garros, donde hace años que rompió la barrera de los seis que levantó Bjorn Borg. Los 112 triunfos en 115 partidos en el Bosque de Bolonia evidencian una superioridad de la que ningún otro competidor puede presumir en otros grandes y superficies. Ha superado a 74 adversarios desde su debut en la capital francesa en 2005 y sólo Djokovic en los cuartos de final de 2015 y las semifinales de 2021 y Robin Soderling en los octavos de final de 2009 han conseguido batirle en la Philipp Chatrier. Una lesión de muñeca le privó de pelear por el triunfo final en 2016 en los 17 años que ha acudido fiel a su cita en el Bosque de Bolonia.

Roland Garros es el torneo por antonomasia sobre la tierra batida y por lo tanto la consumación de su gobierno en la superficie. Hasta 63 de sus 92 trofeos los ha mordido sobre la arcilla, que tenía en Guillermo Vilas a su máximo exponente con 62. El argentino, en otra época diferente en el que los calendarios le daban más protagonismo al polvo de ladrillo, mantiene la cota más alta de triunfos con 681 por los 569 de Manuel Orantes y los 468 del mallorquín. Eso sí, nadie tiene mayor índice de éxito en tierra, ya que Nadal sólo ha perdido 45 de sus 513 duelos, lo que supone un nivel de efectividad del 91%. Nadal, del mismo modo en el que es el jugador con más copas en un grande, también lo es en otros escenarios clave de la campaña de tierra como Barcelona (12 títulos) y en los Masters 1.000 de Montecarlo (11) y Roma (10).