Connect’Up 2020 se encuentra a las puertas de la final Start. Tras un mes de septiembre de intensas sesiones formativas, los 15 finalistas de la categoría Start finalizaron este martes la formación que Connect’Up pone a disposición de los participantes, con el fin de perfilar sus proyectos ante la final, que tendrá lugar el próximo viernes 2 de octubre en la Fàbrica Ramis de Inca.
Aspectos legales
El auditorio de la Fundació Bit acogió este martes a los juristas Miquel Rullán, del búfete de abogados Tous-Riutort, y a Jorge Morell, de Términos y Condiciones. Los dos expertos impartieron un módulo referente a los aspectos legales del emprendimiento. Rullán, que fue el encargado de abrir el ciclo formativo, explica que: «La formación consiste en proveer a los emprendedores de unas nociones básicas sobre determinados aspectos legales que tendrán que tomar en consideración si un inversor está interesado en proporcionar financiación a su startup».
Por su parte, Morell señala que «la formación que imparto va más allá de la constitución de la sociedad y el pacto de socios, es decir, trato temas desde cómo operar un negocio online en su vertiente legal, a la protección de la marca o los activos de la empresa. Además de la gestión de los datos personales, hasta cómo realizar publicidad de forma legal, entre otras cuestiones».
Connect’Up es el concurso emprendedor que potencia el ingenio y la innovación de Baleares, y en palabras de Rullán, «es absolutamente necesaria y fundamental la existencia de programas de emprendimiento regionales que alumbren el espíritu e inflamen el ímpetu de quiénes son o pretender ser emprendedores en el mundo empresarial. Me gustaría destacar la relevancia del cariz regional de Connect’Up, puesto que no tenemos que obviar que, al ser un Archipiélago, estamos de facto alejados de los hubs nacionales de startups más importantes: Madrid y Barcelona».
De los 15 finalistas de la categoría Start, solo un proyecto se alzará como ganador. «Lo que uno espera de un proyecto ganador es que su plan de negocio sea plausible y viable al objeto de que el emprendedor, a corto o medio plazo, pueda presentarlo y defenderlo con garantías a potenciales inversores, ya sean business angels o fondos de capital riesgo», sostiene Rullán.
Desde una perspectiva legal, y tras años de experiencia, Morell comenta los errores más frecuentes a la hora de poner en marcha un proyecto emprendedor. «Los errores más comunes se suelen concretar en varias cuestiones: no dejar por escrito los acuerdos alcanzados por las partes; no dejar claro quién es el titular del contenido o la obra creada, lo que suele generar problemas a posteriori; no informar debidamente de los datos personales captados y qué se va a hacer con ellos, entre otros», concluye Morell.