El psicólogo y CEO de Motivapedia, César Llorente, pieza clave del programa de emprendeduría. | Jaume Morey
César Llorente, psicólogo y CEO de Motivapedia, ha vuelto a formar parte del concurso de emprendeduría. En esta ocasión repite como formador y se ha estrenado en esta edición como coordinador grupal.
¿Qué opinión le merece Connect’Up como plataforma que fomenta e impulsa el emprendimiento balear?
—Llena un espacio para conectar a las personas emprendedoras en las Islas. Creo que este es el legado principal. Esta plataforma va de conectar a unos con otros, sino ¿qué sentido tiene participar en un programa, si la experiencia la voy a vivir solo o sola? Uno de sus principales activos es la red de contactos entre los participantes y con los mentores y la institución que restará ya para siempre.
Este año ha debutado como mentor grupal ¿Qué balance hace?
—Creo que el espacio de mentoría grupal es clave para hacer crecer al grupo y para facilitar la conectividad entre los participantes. Una vez conseguido esto, vuelan solos. De esta experiencia hay que sentar las bases para aprovechar mejor las sinergias y darle continuidad en el futuro.
¿Cuáles serían los principales requisitos para emprender?
—Precisamente estoy a punto de leer mi tesis doctoral que va sobre claves para entender cómo emprender. Desde el año 2009 doy formación en diferentes agencias de desarrollo en Cataluña y Balears, donde realizo un programa llamado Entrénate para emprender, por el que han pasado más de 2000 personas en más de 130 ediciones. Este programa surgió a raíz de un reto que me planteó la responsable de una de agencia de desarrollo ante la avalancha de personas que aparecieron en la anterior crisis inmobiliaria de 2008, que veían en el emprendimiento una salida ante la escasez de trabajo, pero que no tenían una mentalidad emprendedora.
En ese momento me plantearon qué se podía hacer para ayudarles a transitar desde su rol de trabajador por cuenta ajena a otro de emprendedor. Así que tuve que contestar a esta pregunta que tú me haces, de hecho sigo en ello, esta vez con mi tesis doctoral en la UIB. Contestando a tu pregunta estos sería las claves:
—Creencias: El primer factor que parece que hay detrás del emprendimiento. En su origen más profundo es la asunción de una serie de creencias diferentes de las que tienen las personas no emprendedoras. Así el papel limitador de ciertas creencias en las personas trabajadoras no lo es así en las emprendedoras. Ésta es la clave, más allá de los contenidos, y la experiencia que necesitas para aprender cómo montar una empresa.
—Autoconocimiento: En mi tesis he preguntado a los emprendedores de éxito sobre qué factores consideran ellos clave para emprender. Todos parecen ir en la misma línea. Me dijeron que ni las subvenciones, ni los cursos sobre cómo realizar un plan de empresa fueron esenciales para arrancar sus proyectos y alcanzar el éxito. En cambio sí fue trascendental creer en sus propias posibilidades, colaborar con los demás y tener objetivos claros y sobre todo no engañarte, el autoconocimiento es la segunda clave. No engañarte, aceptar qué deseas hacer, identificar que te apasiona y dónde aportas valor y no intentar centrarte en dónde no aportas valor. Esa es la clave. Centrarte en desarrollar tus puntos fuertes, no en corregir tus debilidades.
¿La pérdida de motivación es algo común en el proceso del emprendimiento? ¿cómo se recupera?
—Cualquier acción humana que sea sometida al estrés ambiental provoca extremar los patrones de personalidad. Esto lo pude comprobar en mi primer libro, UNIVERS, introducción a los aspectos psicosociales en los campos de refugiados bosnios, donde narraba mi aventura en un campo de refugiados durante la guerra de la ex Yugoslavia. En este tipo de situaciones, y emprender es un evento muy estresante créeme, los cambios de humor y que se extremen los comportamientos es frecuente, pero eso no quiere decir que la persona esté desmotivada.
No podemos esperar que la respuesta emocional al principio del emprendimiento sea lineal, sino más bien caótica. Con el tiempo las aguas se calman, aprender el arte de la resiliencia que en el emprendimiento es clave. Esto es una carrera de fondo, las emociones no pueden guiar el carruaje. Sin embargo sin pasión, no hay arranque, de ahí la importancia de tener claro por qué estoy haciendo lo que hago, no atarme a una idea de negocio por muy rentable que parezca ser si realmente no me apasiona. Si no sabes por lo que luchas, (sea lo que yo decida que sea) no soportaré la presión y tiraré con el tiempo la toalla. Contra la desmotivación, la medicina es la superación de las creencias mediante el autoconocimiento.
¿Diría que la crisis sanitaria está favoreciendo la aparición de emprendedores?
—El tiempo extra que hemos tenido para pensar ha llevado a muchas personas a replantearse su futuro laboral durante la pandemia. Dependiendo de cómo definamos el concepto de emprendedor tu respuesta tiene un resultado u otro. Yo soy de los que piensan que inherente al hecho de emprender está el de devolver valor a la sociedad. Creo que después de la pandemia muchas personas han decidido reorientar su vida profesional a una mayor aportación y devolución de valor a la sociedad, así que desde este punto de vista podríamos decir que sí
¿Hasta qué punto es necesario identificar el rol de cada profesional dentro de los proyectos?
—Clave, hasta hace tiempo se hablaba de una persona emprendedora como alguien creativo que tenía buenas ideas (de hecho todavía viene siendo así en muchas agencias de desarrollo). Craso error. La mayoría de empresas que se montan en nuestro país replican modelos de negocio ya existentes, no innovan y eso no es un pecado ni va en contra de la innovación. Puedo emprender sin tener una idea maravillosa, Si. Se llama, Emprendedor por Competencias. Son las personas que ponen a disposición de los demás su capacidad comercial o comunicativa, sus capacidades técnicas, su capacidad gerencial o sus dotes de mando.
Son las personas sin las que el Emprendedor por Ideas (con el que más relacionamos la figura del emprendedor), no podría nunca llegar a hacer realidad sus sueños. Son personas que quieren emprender formando parte de un equipo, y que quizás aporten valor en otras competencias que en la de generar ideas innovadoras.
¿Qué ingredientes debe tener un proyecto para que tenga éxito?
—Me voy a atrever con una receta: un 25% de autoconocimiento que trabaje en profundidad la superación de las creencias limitantes y que reconozca los valores propios, las experiencias pasadas, las pasiones y los talentos. Un 25% de valores compartidos por todo el equipo y competencias complementarias entre los miembros del proyecto. Un 25% de objetivos ambiciosos y realistas con retorno social, adaptación al entorno y desarrollo colaborativo. Y por último un 25% de conocimientos empresariales
¿Desea añadir algo más?
—Creo que deberíamos empoderar al sistema educativo con una visión más amplia del emprendimiento, más allá de los aspectos puramente económicos. Además de introducir el emprendimiento en el mundo de las ciencias, las artes y las letras, y reforzar así, y en caso de Balears, más programas de emprendimiento social dirigidos a colectivos vulnerables, ese es mi deseo.